Fueron dieciséis últimos minutos en los que
las brasileñas tan solo fueron capaces de anotar tres goles, una
estadística demoledora ante cualquier rival y mucho más ante la potente
selección rusa, que se tomó la revancha por la contundente derrota
(36-20) sufrida ante las sudamericanas en el último Mundial.
Aquel triunfo, paradójicamente, ha supuesto una auténtica losa para la
selección brasileña, que no entendió hasta muy tarde que en esta ocasión
el duelo con las rusas no iba a ser el paseo que fue el partido por el
quinto puesto mundialista disputado el pasado mes de diciembre.
No tardaron en comprobarlo las pupilas de Morten Soubak, que superadas
por completo en todas las facetas del juego por la selección rusa, ya
marchaban a los doce minutos con una desventaja de cinco goles (7-2) en
el marcador.
Pero si algo ha demostrado Brasil en estos Juegos
es que no está dispuesta a rendirse nunca, ilusionada como está por
conseguir una medalla, que era muy consciente que se le encarecería
notablemente si perdía hoy ante Rusia.
Un circunstancia que
llevó a Brasil a apretar los dientes en defensa, propiciando los
primeros contragolpes, con la extremo Alexandra siempre como punta de
lanza, que a la larga le permitirían devolver la igualdad (10-10) al
marcador.
Las tablas se rompieron nuevamente antes del
descanso, gracias a la formidable capacidad de lanzamiento del equipo
ruso, que de la mano de Marennikova y Postnova logró concluir el primer
tiempo con una mínima renta (15-14), que se dispararía en la segunda
mitad.
Y es que pese a la irrupción de la extremo izquierdo
Fe, que firmó en el segundo tiempo cinco goles, Brasil volvió a
estrellarse en la reanudación ante las gigantescas defensoras rusas, que
pusieron de nuevo en ventaja (23-20) a las de Trefilov.
Alarmante diferencia, que volvió a sacar los mejor de Brasil, que más a
base de carácter que de juego logró nivelar de nuevo la contienda
(24-24), aunque con un coste físico y emocional del que no se
recuperaría ya.
Así lo demuestran los tres únicos goles, el
último ya sobre la bocina final, que logró anotar el conjunto brasileño
hasta el final de la contienda, lo que permitió a Rusia, liderada por la
extremo Emiliya Turei, lograr un parcial de 7-3, que posibilitó el
31-27 final.
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