Una puerta abierta para el ingeniero español en Rusia

Ingeniero español. Fuente. Colegio Oficial de Ingenieros Industriales.

Ingeniero español. Fuente. Colegio Oficial de Ingenieros Industriales.

En época de crisis resulta imprescindible estar atentos a las ofertas de trabajo que llegan desde el extranjero para los profesionales más cualificados. La economías emergentes han permitido que muchos ingenieros españoles hayan decidido hacer sus maletas para buscar un futuro mejor en los países BRICS, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Estas naciones demandan profesionales especializados y con amplia experiencia en ingeniería pero, ¿disponen de este perfil en su cantera? Su formación en este campo es más escasa que en Occidente, aunque su inversión en tecnología se encuentra mejor respaldada con capitales que pueden superar los 300.000 euros por proyecto. Una cifra que en España es mucho menor. La falta de conocimiento del modelo de negocio y la coyuntura de crisis solo permiten que se invierta un 10% de esta cantidad.

La creación de la ciudad de la innovación de Skólkovo, a semejanza de Silicon Valley, supone que Rusia pretende atraer a empresas pioneras en materia de ingeniería. De ahí surge la creciente demanda laboral de ingenieros de otras zonas del mundo. Las cifras del portal de empleo más visitado en España, Infojobs, así lo demuestran. La publicación en 2012 de casi un centenar de ofertas de empresas de ingeniería españolas para esta zona es una clara evidencia.

Antonio Soto Patiño vive desde hace cuatro años en Moscú, tras haber sido contratado por una de las empresas de ingeniería españolas más internacionales, Abengoa. Esta compañía se dedica a aplicar soluciones tecnológicas para el desarrollo sostenible en los sectores de energía y medio ambiente. Su currículum muestra una formación exigente. Habla cinco idiomas, incluido el ruso y ha desarrollado su carrera dentro del comercio exterior. Este economista lleva a sus espaldas la importante tarea de buscar socios locales para la multinacional en la zona de Rusia. “En estos momentos estamos estudiando varios proyectos. Nuestra oficina es aún muy reducida, pero estimamos en breve traer personal y desarrollar aquí nuestra infraestructura”. La mayoría de los negocios relacionadas con la industria tienen, por razones geoestratégicas, una pequeña sede en la capital.

A pesar de trabajar en más de 70 países, Abengoa no tenía hasta hace menos de un lustro presencia en Rusia y gracias a la labor de profesionales como Antonio Soto, el proyecto parece salir adelante. “Me ofrecieron este trabajo porque tenían buenas referencias mías y por mi capacidad para adaptarme y a desempeñarme bien en otras culturas de negocios”. Una experiencia que resulta clave para una fructífera salida internacional.

Rusia se presenta para los ingenieros como un importante lugar estratégico donde comenzar nuevas oportunidades. Un puente natural entre Europa y el continente asiático a través del cual se puede acceder a los mercados de Asia Central y Extremo Oriente. Hasta el momento, los BRICS se habían desarrollado con un modelo basado en grandes fábricas nutridas con mano de obra barata. El nuevo rumbo ha exigido un cambio de perspectiva, basado en la demanda de profesionales más cualificados.

Un perfil muy concreto y ajustado

Si buscamos ofertas de trabajo dentro de los portales de empleo técnico en Rusia, el ingeniero más demandado en este país debe tener una edad comprendida entre los 25 y 45 años y más de dos años de experiencia dentro de su rama de ingeniería.  Entre los idiomas, no es imprescindible una fluidez del ruso. El inglés técnico es uno de los requisitos más exigidos por las compañías.

Infojobs, el portal de empleo con más tráfico en España, registra siete de cada diez ofertas laborales colgadas en Internet. En 2012 se publicaron casi un centenar de ofertas de trabajo en relación a la profesión de ingeniero en Rusia. Muchas provienen de proyectos de empresas nacionales de ingeniería que salen al extranjero y buscan perfiles con una experiencia de entre tres y diez años. La oportunidad para los recién titulados es escasa. Otra posibilidad son las ideas prometedoras, como la de Víctor Martínez, un ingeniero sevillano que consiguió presentar su proyecto ante el presidente del gobierno ruso, Dimitri Medvédev.

Este proyecto comenzó hace ocho años, cuando la Fundación Reactos presentó un proyecto de software libre capaz de ejecutar aplicaciones compatibles con Windows. Este invento, bautizado como Woos, ha creado una gran expectación. La implantación de este sistema en la administración rusa supondría el ahorro de millones de euros en el pago de  licencias a Microsoft. Un avance que ha despertado el interés de Medvédev. “Nos quedamos muy sorprendidos de que el presidente del Gobierno de Rusia se interesara por la puesta en marcha de este proyecto. Tras la presentación de la idea a inversores rusos nos dimos cuenta de que teníamos un producto muy bueno pero a los ingenieros españoles nos falta aún la capacidad de venderlo en el extranjero”, destaca Martínez.

 

Esta iniciativa prometedora es solo aún un proyecto en papel que se puede vislumbrar en la página web de sus creadores. Martínez y su equipo están actualmente en trámites para llevar a Woos a la ciudad rusa de la innovación: Skolkovo. Nuestra idea es poder desarrollar nuestra iniciativa en Rusia dentro de esta ciudad que incubará muchos proyectos madre”. El siguiente paso es la financiación. Este ingeniero asegura que “los inversores rusos pueden llegar a pagar hasta 300.000 euros para desarrollar una idea innovadora”. En España, la situación de crisis, solo permite que un inversor apueste 30.000 euros. Esta cifra solo cubriría los sueldos que exigen estos profesionales. La tarea de investigación no estaría sufragada. “Es imprescindible que en España se reconvierta al inversor en tecnología para que adquiera una cultura de negocio”. Mientras tanto, los ingenieros españoles hacen el camino de ida hacia Europa y Rusia para desarrollar sus proyectos y no perder oportunidades. Víctor y Antonio son solo ejemplos de un futuro innovador que no tardará en implantarse en Rusia. 

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