En 2011, sólo un 35% de los rusos confiaba en la televisión y el mismo porcentaje en la prensa escrita, según estimaciones de los analistas de Synovate Comcon. Fuente: PhotoXPress.
En 2011, sólo un 35% de los rusos confiaba en la televisión y el mismo porcentaje en la prensa escrita, según estimaciones de los analistas de Synovate Comcon. Un poco más alto es el índice que consiguen las revistas, un 36%. Además, en Rusia, históricamente, la televisión ya de por sí gozaba de un prestigio un 10% mayor con respecto al de la prensa escrita. Por ejemplo, hace un año, el 40% de los rusos reconocía fiarse de la pantalla de televisión, mientras que en los periódicos sólo lo hacía el 34%, tal y como se recoge en el informe.
Además, por encima de todos los indicadores de los medios tradicionales creció Internet, que aglutina la confianza de un 40% de la población. En Synovate Comcon lo explican por el hecho de que la red es menos susceptible al control del Estado.
El sector que menos confía en la televisión es el de la población activa de entre 20 y 54 años, sólo lo hace un 33%. Entre los estudiantes y los jubilados, la confianza es algo mayor y alcanza el 37%. En el caso de Internet, la distribución es diferente. Quienes más se fían de las redes son los jóvenes entre 16 y 19 años, y los que menos, los mayores de 35.
“Era de esperar. Diré aún más, esta tendencia seguirá al alza: el descrédito por la televisión irá en aumento, mientras que se afianzará el liderazgo de las ediciones de Internet y los periódicos”, dice sin muestra de asombro el presidente de la junta directiva de la redacción del periódico ‘Izvestia’, el magnate de comunicación Aram Gabrelyanov. “En la red el usuario siente que participa en el proceso de creación del contenido informativo, pero en el caso de la televisión no tiene esa oportunidad. El contenido creado por el redactor para el telediario de las nueve del primer canal se ofrece a los telespectadores, a quienes no les queda otra opción que verlo sin posibilidad de influir en el contenido. Con los periódicos es aún más complejo: en los últimos tiempos los lectores no confían en las publicaciones, sino en sus sitios web y, sólo en segunda instancia, consultan la edición en papel”.
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El desplome de la confianza en la televisión es una tendencia que se da en todo el mundo, comenta la redactora jefa del canal de televisión ‘Russia Today’, Margarita Simonián. “Esto sucede porque han aparecido muchas fuentes de información alternativas. Dicha tendencia ha tenido una clamorosa confirmación en Estados Unidos, donde la credibilidad de los canales de televisión cayó hasta un mínimo histórico del 21% (según indica la encuesta de la consultoría Gallup en 2012 para Rusia Hoy).”
La confianza de los norteamericanos en la televisión también ha descendido considerablemente, hasta alcanzar un mínimo histórico: según los datos arrojados por las encuestas de Gallup del año en curso, sólo el 21% de los adultos residentes en EE UU considera que la información televisiva es fiable y valiosa, cinco puntos por debajo del listón marcado el año pasado. Uno de los mayores canales de televisión de los Estados Unidos, la CNN, registró en el segundo trimestre de 2012 los peores resultados en dos décadas. En comparación con el mismo periodo de 2011, su audiencia (25-54 años) se redujo en un 41%. Sus competidores, Fox News y MSNBC, perdieron en el mismo lapso de tiempo un 14% y un 17% respectivamente, según informa ‘Deadline Hollywood’.
La oposición política sostiene otro punto de vista. “La televisión fue una vez el medio por el cual se vehiculaba la propaganda y así ha continuado siendo. Pero ahora la gente ha empezado a elegir, su atención se divide”, considera un miembro del Comité de la Duma Estatal para la información política, Ilyá Ponomariov, del partido Rusia Justa.
“El nivel de confianza en los canales de televisión federales disminuye porque la gente aprecia un desajuste entre las imágenes que le ofrece la televisión y la realidad que ve cada día a su alrededor”, admite el politólogo Stanislav Belkovski. “Este proceso se ha ido gestando durante mucho tiempo y ahora sólo ha estallado”, añade el también politólogo Dmitri Oreshkin. “Baja la credibilidad de todas las instituciones, incluido el Gobierno y la Iglesia.”
“Este es uno de tantos análisis”, observó para 'RBC Daily' una fuente del Kremlin. Con todo, en el gabinete del presidente admiten que refleja en gran medida una tendencia mundial. “La confianza en la TV cae, dado que crece Internet como canal directo de comunicación. Es comprensible que los vídeos en YouTube parezcan más fiables, pues cualquiera puede subir allí su contenido. Por otra parte, la televisión continúa gozando de una audiencia bastante alta, porque ofrece un producto de mayor calidad, por ejemplo, en el ámbito del entretenimiento. No es ninguna tragedia, simplemente vivimos en una nueva sociedad de información”, explicó un funcionario del Kremlin.
“Esta tendencia es lógica, en vista de la rapidez con que se desarrolla Internet y con que crece la popularidad de los blogs rusos”, declaró a 'RBC Daily’ la secretaria de prensa del primer ministro Dmitri Medvédev, Natalia Timakova. “Y el gobierno lo tiene en cuenta a la hora de trabajar: los miembros del Gobierno utilizan las redes sociales para obtener información, y el primer ministro gestiona personalmente su cuenta de Twitter. Pero la televisión desempeña un papel importante para la mayoría de ciudadanos del país, por eso trabajamos con los canales federales y regionales”.
A los anunciantes, la merma de la confianza en la televisión tampoco les asusta: los presupuestos de publicidad, al igual que antes, siguen destinándose a este medio en primer lugar. Según la Asociación de agencias de comunicación de Rusia, en 2010 se destinó a la televisión el 50,68% de todo el 'pastel' publicitario, mientras que en 2011 se llevó el 49,7% del mercado. Por lo demás, Internet se consolida: el 15,9%, en 2011, contra el 12,2%, en 2010.
En la elaboración de este artículo han trabajado Anastasia Fomicheva, Tatiana Kosobokova, Yulia Yákovleva e Iván Petrov.
Artículo publicado originalmente en RBC Daily.
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