Red Hot Chili Peppers salió en defensa de las
tres detenidas durante los multitudinarios conciertos celebrados el fin
de semana en Moscú y San Petersburgo en los que Kiedis actuó ataviado
con una camiseta con el nombre del grupo ruso.
"Pienso todo el
tiempo en vosotras. Aplaudo vuestro coraje. Rezo por vuestra
liberación. Pienso hacer llegar al mayor número de personas posible lo
que os está pasando", señaló por su parte el bajista, Michael Balzary,
alias "Flea".
Precisamente, hoy el tribunal Jamovnicheski de
la capital rusa anunció que el 30 de junio comenzará el juicio por el
proceso penal incoado contra las tres mujeres, cuyo prisión cautelar fue
extendida el viernes por otros seis meses.
De esta forma, las
jóvenes consideradas presas de conciencia por Amnistía Internacional
continuarán en custodia hasta mediados de enero del próximo año, según
las agencias rusas.
El juez también rechazó hoy poner tanto
poner libertad a las detenidas como citar a declarar al Presidente ruso,
Vladímir Putin, y al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR),
Kiril, como pedía la defensa.
Las tres jóvenes son acusadas de
vandalismo, según el artículo 213 del código penal, por atentar contra
los valores tradicionales de la IOR; Según la acusación conspiraron
"para cometer un acto de vandalismo por motivos de odio religioso y
animosidad contra un grupo social", en referencia a los creyentes
ortodoxos.
El pasado 21 de febrero las encapuchadas
componentes de Pussy Riot penetraron en una zona restringida del altar
del principal templo ortodoxo ruso desde donde se ofician las homilías,
imágenes que han visto cientos de miles de personas en youtube.
Además, las tres mujeres se desprendieron de varias de sus prendas y
comenzaron a tocar la guitarra eléctrica, a cantar y a bailar en ropa
interior.
"Madre de Dios, echa a Putin", decía la canción.
La Iglesia rusa reaccionó indignada ante la profanación del lugar
sagrado y pidió un severo castigo contra las mujeres, que han sido
detenidas y podrían ser condenadas a varios años de cárcel.
Precisamente, la airada reacción de la IOR, que considera el incidente
parte de la mayor campaña anticlerical desde la caída del Comunismo, ha
sido calificada de desmesurada por muchos personas, que critican la
creciente influencia de la Iglesia Ortodoxa en la sociedad.
Varios integrantes de Pussy Riot, cuya liberación ha sido demandada por
numerosos opositores, activistas de derechos humanos, intelectuales y
cancillerías occidentales, ya habían sido detenidas en enero por actuar
sin autorización en la mismísima Plaza Roja.EFE
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