El presidente de Rusia, Vladímir Putin, promulgó una ley que obliga a registrarse como "agentes extranjeros a las ONG que reciban financiación desde el exterior y participen, al mismo tiempo, en la vida política del país, informó hoy el Kremlin.
La ley, aprobada recientemente por ambas cámaras del Parlamento, considera políticamente activas a "las ONG
que (...) financien u organicen acciones políticas que persigan influir
en la toma de decisiones de instituciones estatales" y participen en la
formación de la opinión pública con dicho objetivo.
Las ONG
que entren la categoría de "agentes extranjeros" deberán inscribirse en
un registro creado a tal fin, tras lo cual deberán rendir cuentas a
través de una auditoría contable anual e informes semestrales sobre su
actividad.
Para cumplir este trámite, las ONG tendrán un plazo de 120 días tras la entrada en vigor de la ley.
Los responsables de las organizaciones que se nieguen a presentar la
documentación para ser incorporadas al registro podrán ser sancionados
con multas de hasta 300.000 rublos (9.200 dólares), 480 horas de
trabajos comunitarios e, incluso, penas de prisión de hasta dos años.
La ley, promovida por el partido oficialista Rusia, ha sido rechazada
por las organizaciones de defensa de los derechos humanos, que la
denuncian como un intento de desprestigiar y limitar sus labores.
La presidenta del Grupo de Helsinki de Moscú (GHM), la octogenaria Ludmila Alexéyeva, ha anunciado esa ONG,
que recibe fondos de la Comisión Europea, el Fondo McArthur y la
Agencia para el Desarrollo Internacional estadounidense, no se
inscribirá en el registro de agentes extranjeros.
"No sé qué
habrá que sacrificar, pero mientras esté viva no lo consentiré", aseguró
Alexéyeva, quien en tiempos de la Unión Soviética fue uno de los
líderes del movimiento disidente.
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