Un nuevo veto

El embajador chino Li Baodong y el ruso Vitali Churkin se dan la mano antes de la votación. Fuente: Getty Images / Fotobank

El embajador chino Li Baodong y el ruso Vitali Churkin se dan la mano antes de la votación. Fuente: Getty Images / Fotobank

Rusia y China bloquearon otra resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. El veto provocó la ira de los diplomáticos occidentales y una respuesta enérgica por parte del embajador de Rusia ante la ONU.

El jueves Rusia y China impusieron su veto a la variante de la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que prevé sanciones contra el poder y la oposición de Siria en caso que continúe la violencia. La delegación de Moscú y Pekín votó en contra de la iniciativa que en un principio fue presentada por la Gran Bretaña y posteriormente apoyada por otros países occidentales.

Rusia y China exigen que se imponga el diálogo político y se manifiestan contra las sanciones que, como se declara, en la práctica van dirigidas sólo contra el gobierno de Siria, ya que la oposición está formada por grupos aislados y muchos de ellos no están subordinados a nadie.

En principio la votación estaba programada para el miércoles pero fue pospuesta un día a petición del enviado especial de la ONU y de la Liga de Países Árabes, Kofi Annan, con la esperanza de que se llegara a un compromiso. Al mismo tiempo, Rusia avisó que utilizaría el derecho de veto durante la votación. China se sumó a la postura rusa.

El caso es que, como comunicó unos minutos antes de la votación el embajador de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, el Consejo de Seguridad no logró llegar al consenso con el proyecto de la resolución. En el Consejo de Seguridad había también un proyecto alternativo de resolución, elaborado por Rusia, que contenía la propuesta de alargar tres meses más el mandato de los observadores con la esperanza de que se llegara a un proceso político.

El documento se presentó en el Consejo de Seguridad de la ONU el martes. Ese mismo día, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, durante el encuentro con Kofi Annan, enviado especial de la ONU y la Liga de Países Árabes, anunció que Moscú estaba dispuesto a hacer todo lo que dependiera de Rusia para ayudar a alcanzar la regularización del conflicto sirio. En particular, las autoridades rusas propusieron reunir en Moscú a finales de julio el 'Grupo de Acción' para Siria.

Sin embargo, los países occidentales se negaron a trabajar con el proyecto ruso de resolución y por eso Moscú no va ni a someter el documento a votación en el Consejo de Seguridad de la ONU, informó Churkin el jueves. “Consideramos que la confrontación continua en el Consejo de Seguridad no tiene sentido y es contraproductiva. Nos abstenemos de presentar nuestro proyecto a votación”, dijo durante una reunión del Consejo de Seguridad, informa Interfax.

Al comentar los resultados de la votación, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, hizo responsable de la continuación de la violencia en Siria a Bashar el Assad, y también a Rusia y a la República Popular China. “La culpa de la situación inaceptable que se vive no es del secretario general, Ban Ki-moon, ni del enviado especial Kofi Annan, ni de los observadores. (...). La culpa es del régimen terrible y de los estados-miembros (Consejo de Seguridad de la ONU), que continúan sin aplicar medidas duras contra el régimen”.

La diplomática también calificó el jueves de “un día negro más en el Consejo de Seguridad”. Según Rice, “los primeros dos vetos fueron simplemente destructivos, y el veto actual todavía es más peligroso y causa un pesar muy grande”. Añadió que EE UU no va a contar con la misión de observadores de la ONU en Siria para la regulación del conflicto en ese país, ya que los miembros de la misión no van armados. En lugar de eso Washington trabajará para regular el conflicto sirio con sus socios fuera del Consejo de Seguridad de la ONU.

Una opinión parecida expresó el embajador de la Gran Bretaña ante la ONU, Mark Lyall Grant, que manifestó su profunda decepción en relación con la decisión de Rusia y China. “Rusia y China no cumplen sus obligaciones de miembros permanentes del Consejo de Seguridad para poner fin a la crisis en Siria”, dijo tras la votación del proyecto de resolución occidental.

Por su parte Churkin manifestó que los países occidentales, sin pensar en el pueblo sirio, se habían planteado sus propios objetivos geopolíticos y de esta forma condenaron a Siria a una escalada del conflicto armado.

En lugar de dedicarse a hacer insinuaciones groseras en relación con la política de Rusia, que durante todo el conflicto en ningún momento ha disminuido los esfuerzos para la resolución política y mostró un apoyo clave a la misión de Kofi Annan, los miembros occidentales del consejo, que hoy han intervenido con unas declaraciones inadmisibles e impropias, podrían hacer algo para contribuir al establecimiento del diálogo entre las partes sirias, en vez de instigar a la intensificación de las actividades de los grupos extremistas, e incluso de los terroristas”, dijo Churkin.

El hecho que estos fariseos hayan establecido sus propios objetivos geopolíticos, que no tienen nada en común con los intereses del pueblo sirio, en realidad, ha sentenciado el conflicto a la escalada, que ha alcanzado unas dimensiones tan trágicas”, añadió Churkin.

Mientras tanto la situación en Siria ha empeorado. El miércoles, en el centro de Damasco un terrorista se inmoló en el edificio del Servicio nacional de seguridad. La explosión tuvo lugar cuando en el edificio se celebraba una reunión conjunta de jefes del Servicio de seguridad con ministros.

Como resultado del atentado terrorista murieron los jefes de las estructuras de la fuerza más importantes y también parientes del presidente de Siria. De esta forma, los rebeldes sirios consideran que ejecutaron la operación más exitosa de todo el tiempo que dura la confrontación con las tropas gubernamentales.

El jueves apareció la información que los rebeldes sirios se encontraban a la entrada del palacio de Bashar el Assad, desde donde combaten con los destacamentos fieles al presidente. Y antes de eso se supo que había batallas entre los rebeldes y las tropas del gobierno sirio, que se desplegaron el miércoles en muchas zonas de Damasco. En estas condiciones Rusia tiene la intención de aumentar el número de sus militares en la misión de observadores de Siria, enviando a la república árabe 30 representantes más, tal como dispuso el jueves el presidente de Rusia, Vladímir Putin.

Artículo original publicado en Vzgliad.

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