La nave despegó desde el cosmódromo kazajo de
Baikonur a la hora prevista, las 02:40 GMT, con ayuda de un cohete
portador Soyuz FG y nueve minutos después de su lanzamiento, ya en
órbita, la nave inició su vuelo autónomo hacia la plataforma orbital,
según el Centro de Control de Vuelos Espaciales (CCVE) de Rusia.
De acuerdo con el programa de vuelo, el martes la Soyuz se acoplará
en régimen automático al módulo ruso de la plataforma orbital, habitada
actualmente por los rusos Guennadi Padalka y Serguéi Revin, y el
astronauta de la NASA de origen puertorriqueño Joe Acabá.
La
tripulación de la Soyuz TMA-05M está integrada por el cosmonauta ruso
Yuri Malenchenko, la estadounidense Sunita Williams y el japonés Akihiko
Hoshide, que integran la 33 expedición a la estación.
Una vez
los tres nuevos inquilinos de la plataforma orbital se acomoden a su
nuevo hábitat, Williams ejercerá funciones de ingeniera de vuelo hasta
septiembre, cuando sustituirá a Padalka como comandante.
Hasta
ahora, sólo otra mujer, la también estadounidense Peggy Whitson, había
asumido el mando de la Estación, que comenzó a operar hace más de una
década.
Williams, estadounidense de origen indio, es una
astronauta récord, ya que es la mujer que ha permanecido más tiempo en
el cosmos y también la que más horas ha pasado fuera de la EEI en
caminatas espaciales.
"La EEI es un lugar único, ya que la
gente vive realmente en el espacio. La prioridad del trabajo de la
misión es científico", dijo a la prensa estadounidense.
Los
tripulantes de la trigésimo tercera expedición a la EEI deberán
completar durante los próximos seis meses de estancia en el laboratorio
espacial unos 40 experimentos científicos
Una de sus
principales misiones será el programa "Huracán", en el que se pondrán a
prueba unos nuevos sistemas de pronóstico y prevención de catástrofes
naturales, y reducción y eliminación de sus secuelas.
"Las
fotos de alta resolución permitirán ver en detalle lo que ocurre, prever
las tendencias, hacia donde puede dirigirse después y determinar las
causas de la catástrofe", dijo Malenchenko.
En su opinión,
"esas fotos pueden ayudar en el futuro a prevenir diferentes
catástrofes, ya que las imágenes son de bastante calidad".
Precisamente, Rusia fue escenario recientemente de las peores
inundaciones de los últimos años en el sur del país, que se han cobrado
la vida de unas 170 personas.
Para el comandante ruso, un
veterano cosmonauta de la estación MIR con un historial de 514 días en
el espacio, éste será su quinto vuelo a bordo de una Soyuz, mientras sus
colegas norteamericana y japonés debutan en una nave rusa, aunque sí
tienen experiencia en los ya jubilados transbordadores estadounidenses.
"En general, la jornada laboral de la tripulación de la estación se prolonga durante 16-17 horas", señaló.
Mientras, Williams señaló que durante los próximos seis meses la
tripulación realizará varias caminatas espaciales y recibirá tres
cargueros rusos Progress y uno japonés HTV.
Malenchenko, en lo
que será su quinta caminata, y Padalka serán los primeros en salir al
espacio exterior el 21 de agosto para colocar cinco paneles o escudos en
el módulo ruso Zvezdá para proteger la plataforma de los meteoritos.
Además, durante las más de seis horas de actividad extravehicular tiene previsto lanzar un microsatélite.
El 30 de agosto será el turno de Williams y Hoshide, que reemplazarán
una unidad de distribución de energía solar y colocarán unos cables
necesarios para recibir el próximo año un nuevo módulo de laboratorio
ruso.
Pese a su apretada agenda, los habitantes de la estación
tendrán tiempo para "seguir los Juegos Olímpicos", que arrancarán el 27
de julio en Londres, agregó.
Desde la retirada del servicio
de los transbordadores norteamericanos, las Soyuz son el único eslabón
tripulado entre la Tierra y la EEI, y lo seguirán siendo hasta, al
menos, 2016.
El enganche de la nave este martes a la EEI
coincidirá con un importante aniversario en la historia de la
exploración espacial, ya que el 17 de julio de 1975 se produjo el
acoplamiento de la nave soviética Soyuz-19 y la estadounidense Apolo-18,
que se convirtió en un símbolo de la distensión entre ambas potencias.
El 17 de julio de 1975 ambas naves se acoplaron, sus tripulantes
abrieron las escotillas y se dieron un apretón de manos espacial que ha
pasado a la historia de la humanidad. EFE
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