El jefe de la diplomacia española
consideró que en este encuentro, que sigue a los celebrados en Túnez y
en Turquía, se han logrado compromisos importantes y citó entre ellos la
disposición de "coleccionar toda la evidencia posible para que no haya
impunidad" respecto a quienes están "masacrando" a la población de ese
país.
Movilizarse para que la ayuda humanitaria llegue "donde
tiene que llegar", apoyar a la oposición democrática, aumentar la
presión y las sanciones sobre el régimen, congelar los activos de sus
personas más relevantes, romper cualquier relación comercial y proceder
al embargo del petróleo fueron otras de las decisiones.
"Se ha
acordado hacer todo lo posible para que haya una nueva resolución del
Consejo de Seguridad al amparo del artículo séptimo, en concreto del
41", detalló García-Margallo, en referencia a ese texto que descarta
medidas que incluyan el uso de la fuerza armada.
El
representante español quiso dejar claro que "la intervención militar ni
estaba ni está encima de la mesa", lo que no excluye, añadió, "que si la
situación se sigue deteriorando tengamos que considerar otras
opciones".
"España va a hacer todo lo posible para que esa
resolución del Consejo se apruebe", avanzó en esa comparecencia, en la
que adelantó que España ha decidido invitar "de forma inmediata" a
Madrid al presidente del Consejo Nacional Sirio (CNS), Abdulbasit Seida,
"para que exponga ante la prensa y la opinión pública" lo que sucede en
su país.
El ministro reconoció que si no "funciona" lo
acordado, los cerca de cien representantes estatales y de organizaciones
internacionales no se han marcado plazos para cambiar la estrategia,
pero si juzgó muy importante que en la creación que se contempla de un
gobierno de transición no participen las fuerzas del actual Ejecutivo.
"Al Asad se ha convertido en un verdugo para su pueblo y en una
amenaza para la región y la paz internacional. Debe desaparecer y
abandonar el poder. No pueden estar presentes -explicó- aunque solo sea
por razones éticas".
La oposición siria había mostrado al
inicio de esta reunión su decepción con la comunidad internacional por
el mantenimiento de la represión en su país, y García-Margallo dijo
comprender que cuando "el pueblo sufre lo que está sufriendo es obvio
que tienda a mostrarse cansado y pedir más agilidad".
Eso no
quita, subrayó, que 107 países hayan condenado hoy en la capital gala al
régimen sirio, y que aunque no se avance "todo lo rápido que la
oposición y nosotros quisiéramos", sí se puedan constatar pasos
adelante. EFE
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