El arma rusa antiincendios

El BE-200 es un avión anfibio multifuncional, fabricado por la Beriev Aircraft Company, con sede en Taganrog, que acaba de pasar las primeras pruebas de la Agencia Federal de Aviación (FAA) este mismo mes. Fuente: RIA Novosti / Roman Denisov.

El BE-200 es un avión anfibio multifuncional, fabricado por la Beriev Aircraft Company, con sede en Taganrog, que acaba de pasar las primeras pruebas de la Agencia Federal de Aviación (FAA) este mismo mes. Fuente: RIA Novosti / Roman Denisov.

Mientras EE UU combate un épico incendio en Colorado, Rusia ofrece un avión para la extinción de incendios, equipado con la tecnología más avanzada, que podría hacerse un hueco en el mercado estadounidense y en el europeo.

Los EE UU tienen su mirada puesta en el avión anfibio ruso BE-200, que podría servir de refuerzo a los aviones antiincendios fabricados en EE UU, justo ahora que el país contempla renovar radicalmente su flota aérea para la extinción de fuegos, según fuentes de este sector.

El incendio activo en Colorado, de dimensiones épicas y hasta el momento incontrolado, podría servir de estímulo para que el país renueve su flota aérea.

En ocasiones, estos aeroplanos constituyen el único medio para luchar contra el fuego, especialmente en enclaves industriales o en grandes infraestructuras con un riesgo potencial de explosiones. La capacidad de estos aviones para moverse a grandes velocidades y emprender la extinción del incendio es a menudo la única oportunidad de salvar vidas humanas y de prevenir un desastre ambiental de grandes dimensiones.

El BE-200 es un avión anfibio multifuncional, fabricado por la Beriev Aircraft Company, con sede en Taganrog, que acaba de pasar las primeras pruebas de la Agencia Federal de Aviación (FAA) este mismo mes. La agencia interinstitucional Tanker Board visitó la base de pruebas en Taganrog para examinar el BE-200, un modelo desarrollado para operaciones de extinción de incendios.

Rusia y los EE UU llegaron a un acuerdo en mayo de 2010 para la compra de diez aviones, y las entregas se harán efectivas tan pronto como el avión pase las pruebas y obtenga el certificado de la FAA, según Nikolái Lavro, subdirector de diseño de la compañía Beriev.

La industria aérea rusa afirmó en un comunicado que los tests iniciales del BE-200 confirmaron que el modelo anfibio cumple los requisitos de la UE para la recogida de agua en vuelos sobre la superficie. Sin embargo, los EE UU también querrían poder llenar el depósito con un líquido retardador del fuego, lo que requeriría algunas modificaciones en los sistemas de extinción. Después de estas mejoras, el BE-200 tendría que pasar más pruebas para obtener los certificados pertinentes, una parte esencial de los esfuerzos que se están realizando para que la tecnología rusa se integre en el mercado internacional.

El BE-200 puede operar en una pista de 1800 metros o en una superficie de agua no menor de 2.300 metros, con olas de hasta 1,3 metros de altura. Su sistema de protección contra la corrosión permite que el avión se use en mar abierto. El aparato tienen una autonomía de 3.600 kilómetros, una altura de vuelo de 8.000 metros y una velocidad de crucero de 710 km/h.

Actualmente hay seis aviones BE-200 que llevan a cabo con éxito operaciones en Rusia, y uno más que se usa para la extinción de incendios en Azerbaiyán. El Ministerio de Protección Civil ruso ha encargado ocho aparatos más para tres unidades antiincendios en la región central, Siberia y el extremo oriental del país.

Yevgueni Trunov, subdirector de la Agencia Forestal Estatal, afirmó: “Resolveremos este asunto (la renovación de la flota) en un plazo de dos a tres años. Esto le costará al Estado entre 15 y 20 billones de rublos (450-600 millones de dólares)”. En noviembre de 2011, el Ministerio de Defensa ruso firmó un acuerdo pre-contractual para la entrega de ocho BE-200 en 2013-2014.

 

El BE-200, un avión anfibio multifunción. Dibujo de Antón Panin. 

 

El BE-200 es tan caro como innovador. El Ministerio de Protección Civil está pagando estos aviones a 1,5 billones de rublos (50 millones de dólares) la unidad. Sin embargo, si la fábrica de Taganrog aumentase su producción, los aviones podrían bajar de precio.

Pero las ventas en Rusia no bastarán para incrementar la producción. Por tanto, la United Aircraft Corporation, la empresa que controla la planta de Taganrog, espera beneficiarse de la demanda extranjera, especialmente de la europea. Este avión ha sido empleado ya en operaciones de rescate y extinción de incendios en España, Italia, Francia y Grecia. Sin embargo, el presidente Vladímir Putin ha afirmado que no sale rentable alquilar este costoso aparato a clientes extranjeros e insistió en que debían comprarlo.

El mayor logro de la compañía de aviones Beriev ha sido un acuerdo con el cuerpo de bomberos francés para una operación de pruebas con el Be-200. Después de una exhibición aérea en Le Bourget, en junio del pasado año, el cuerpo aéreo de bomberos utilizó el avión ruso para vuelos piloto durante dos meses. Francia está analizando los resultados de estas pruebas para decidir si incluyen el BE-200 en el concurso público que se celebrará en Francia para los cuerpos de extinción de incendios. Los plazos para este concurso no ha sido anunciado todavía.

En esta convocatoria pública, el avión anfibio ruso tendrá que imponerse a sus competidores de factura extranjera, en especial, el canadiense Bombardier 415. Los canadienses tienen 40 años de experiencia en el manejo de estos aparatos, un servicio post venta bien organizado y unos impresionantes volúmenes de producción: unos 200 aviones de diferentes modelos luchan contra incendios en diversos lugares del mundo. Pero los puntos claves que le dan la ventaja al BE-200 son su velocidad, autonomía de vuelo y su depósito de agua, el doble de grande que el del 415.

Alexéi Ekimovski es el autor de la guía de mercado “Transporte ruso”.

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