Paseo por una fábrica secreta de misiles

A tan solo unos minutos a pie de la estación de metro de Vóikovskaya, entre bloques de pisos y centros de negocios, se encuentra una fábrica secreta de misiles antiaéreos. Hoy en día, la maquinaria de Avangard, perteneciente al consorcio de defensa antiaérea Almaz-Antei, sigue tan estrechamente protegida como en el pasado. Pero ya no tiene sentido ocultar su situación, la zona hace ya tiempo que ha sido fotografiada desde el espacio y estudiada al milímetro por la inteligencia militar de muchos países. Es más, han invitado a los periodistas a una rueda de prensa y han hecho excursión por las instalaciones.

Tiempos difíciles


A principios del siglo XXI la empresa se encontraba en ruinas. En los talleres no había calefacción, no funcionaba el agua y en las salas de trabajo se encendían hogueras en invierno para calentar la maquinaria que dejaba de funcionar debido a las bajas temperaturas. El director general de Avangard, Guenadi Kozhin, dice que todo esto fue consecuencia de la pérdida de los sistemas de dirección del sector en los años 90. La fábrica se paró, no había pedidos y cesó la financiación estatal.

El director general explica que la paulatina recuperación comenzó en 2002, cuando la fábrica entró a formar parte del Consorcio público de defensa antiaérea Almaz-Antei. La nueva estructura se creó unificando 46 empresas: fábricas, agrupaciones de investigación y producción, estudios de diseño e institutos de investigación científica, que desarrollaban y producían sistemas de misiles teledirigidos de corta, media y larga distancia, sistemas de localización por radar y sistemas de guía automatizados. La situación cambió. La fábrica todavía no ha alcanzado el volumen de producción de la época soviética, pero el potencial de sus instalaciones se encuentra cercano al de entonces.

Guenadi Kozhin lamenta que últimamente los medios de comunicación vaticinen una crisis inevitable de la empresa. Está de acuerdo en que hay problemas, “¿Dónde no los hay?”, dice, pero aclara que “se resolverán sin pánico ni escándalos y son de carácter laboral”. A pesar de todo hubo periodistas que consideraron que la visita turística a la empresa, a la que antes tenía prohibida la entrada todo el que no trabajara en el complejo, tenía como objetivo refutar visualmente las críticas.

Durante la conversación con los periodistas el director mostró muchas cifras. Dentro del programa de objetivos federales para la reforma del Complejo industrial de defensa, la fábrica Avangard recibirá, entre 2011 y 2020, casi unos 60 millones de dólares para la renovación tecnológica. Hasta 2015 se destinarán cerca de 36 millones de dólares para la compra de maquinaria, alrededor de de 18 millones para la renovación de las infraestructuras. Según Kozhin. La fábrica gasta entre 3 y 3,5 millones de dólares al año en modernización de maquinaria.

En 2011 Avangard firmó con el Ministerio de Defensa contratos de cuatro y cinco años. En los próximos años la fábrica será el único proveedor de munición para los sistemas de misiles antiaéreos S-400 'Triunf'. Como aclaró el director general, "de esta manera estamos cargados de trabajo, como mínimo, hasta el 2015". En los contratos se prevé un aumento anual del volumen de las entregas con las últimas modificaciones de los misiles.

Los errores cuestan caros


Las instalaciones en las que se realiza el montaje de los misiles antiaéreos tiene un aspecto completamente moderno. Suelos lustrosos, limpieza, una temperatura constante en pleno invierno de 23 grados... Parece que en estas condiciones sería un pecado hacer productos de mala calidad.

En la fábrica se ha establecido un estricto sistema de control de calidad: a la entrada, en cada etapa y al final. Cada comprobación queda registrada. "También imponemos sanciones monetarias a las subcontratas", continuó el director general. "Si los productos no pasan los controles de calidad, envío una reclamación e impongo una sanción". El director no desveló la cuantía de las reclamaciones, pero la imaginación de periodista sugiere que podemos estar hablando de cantidades astronómicas.

Después del montaje los misiles antiaéreos se trasladan a la planta de pruebas de control (KIS). Allí se comprueba que los conectores y los circuitos electrónicos están instalados correctamente. Después se introduce en un container y pasa otro control en el KIS. Esta vez de impermeabilidad. Los containers se hunden en una piscina especial llena de agua. Si en la superficie del agua aparecen burbujas significa que es defectuoso. Las cabezas militares se le instalarán posteriormente, en el arsenal del ejército. Tras ello no se realizarán revisiones periódicas durante todo el tiempo de almacenamiento, es decir, durante por lo menos durante 10 años.

Tenemos algo que esconder


Los sistemas de producción rusa S-300 y S-400 despiertan un gran interés en el extranjero. Algunos países piensan comprarlos, otros quieren obtener información secreta sobre las soluciones técnicas que han ideado los especialistas. Los representantes extranjeros tienen completamente prohibido el acceso al taller de montaje actualmente.

China es uno de los principales usuarios de armamento ruso, en concreto de armamento de defensa antiaérea. En 2010, Almaz-Antei, cumpliendo el contrato, entregó a China 15 divisiones de misiles teledirigidos S-300 'Favorit'. Un año después el FSB (servicio de inteligencia) acusó a un ciudadano chino de intentar obtener mediante gratificaciones monetarias datos sobre “documentación tecnológica y de reparación de los sistemas de misiles teledirigidos S-300, considerados secreto de estado".

En general, los misiles rusos tienen una serie de ventajas en comparación con los MIM-104 Patriot estadounidenses. Los 'trescientos' y 'cuatrocientos' pasan de posición de marcha a la de ataque en cinco minutos, los Patriotnecesitan media hora para lo mismo. En la guerra moderna esto es un factor clave, ya que la movilidad del sistema es muy importante para asegurar su supervivencia.

Los misiles rusos pueden despegar verticalmente con la consiguiente destrucción del objetivo del misil, en un arco de 360 grados. Los Patriot tienen una zona de lanzamiento con un arco entre 0 y 180 grados y un despegue inclinado de 38 grados. Hace falta como mínimo el doble de rampas de despegue para asegurar la defensa de la instalación o posiciones militares en todo el círculo.

El director de Avangard negó que todavía no haya misiles antiaéreos de largo alcance para los S-400, tal y como se ha publicado. "Las pruebas de estos misiles ya se están realizando en el polígono de Ashuluk", dijo. Si los primeros misiles teledirigidos S-300 tenían un radio de acción de 75 km, una de las modificaciones actuales consiste en alcanzar objetivos a una distancia de 250 km.

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