El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia,
Serguéi Lavrov, afirmó hoy que Moscú no aceptará la imposición de
recetas foráneas a Siria.
"No apoyaremos ni podremos apoyar
injerencias ni la imposición de recetas foráneas (a Siria)", dijo el
jefe de la diplomacia rusa en rueda de prensa al término de sus
conversaciones con su homólogo tunecino, Rafik Abdessalem.
Subrayó que esta posición de Rusia "se refiere también al destino de (el presidente sirio) Bachar al Asad".
"Los actores exteriores no deben dictar sus recetas a los sirios,
sino que, ante todo, deben influir en todas las partes sirias para que
cese la violencia", dijo Lavrov, al insistir en que la comunidad
internacional debe facilitar el diálogo entre todas la fuerzas en Siria.
Agregó que éste debe ser el objetivo de la conferencia sobre Siria que se celebrará el sábado en Ginebra.
La reunión, recalcó el ministro de Exteriores, "debe ocuparse de
crear condiciones para el cese de la violencia, y no predeterminar el
contenido del diálogo".
Lavrov, al responder a la pregunta de
si Rusia respalda el proyecto del mediador internacional Kofi Annan de
impulsar la creación de un gobierno de transición en Siria, indicó que
de momento "no hay ningún documento consensuado" y que "continúa el
trabajo" sobre el texto final de la reunión de Ginebra.
"Para
superar la crisis siria y definir normas estables que satisfagan a todos
los grupos de la población siria se necesitará, es evidente, un periodo
de transición", explicó.
Al mismo tiempo, el ministro ruso
recalcó que el contenido de ese período de transición y sus mecanismos
de gestión deben ser decididos por el pueblo sirio "en el marco del
diálogo nacional entre el Gobierno y todos los grupos de la oposición".
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