De ese encuentro, que se celebró poco
antes del comienzo de la cumbre del G20 y en el que ambos hablaron de
los planes de los líderes europeos para enfrentar la crisis en la zona
euro, Obama salió "alentado", en palabras del portavoz de la Casa
Blanca, Jay Carney.
Los dos dirigentes "acordaron trabajar
estrechamente", incluyendo en la cumbre del G20, "para conseguir
respaldo para lo que se necesita hacer en Europa y el mundo para
estabilizar la situación y apoyar el crecimiento y el empleo", explicó
Carney a los periodistas.
Ambos dialogaron de la "importancia
de tomar medidas para promover la estabilidad financiera y aumentar la
integración europea", agregó el portavoz.
Obama se juega mucho
en esta cita, que probablemente será la última cita internacional hasta
después de las elecciones presidenciales del 6 de noviembre en EEUU.
Sus posibilidades de reelección están ligadas a la recuperación de la
economía estadounidense, todavía débil y que a su vez depende
estrechamente de la evolución de la crisis europea.
Tras
reunirse por la mañana con el presidente mexicano, Felipe Calderón, y
calificar de "positivo" el resultado de las elecciones griegas, donde se
impusieron las fuerzas europeístas, Obama reiteró su preocupación por
la "desaceleración" del crecimiento mundial y la necesidad de
estabilizar el sistema financiero, y abogó por "evitar el
proteccionismo".
"Vamos a trabajar con nuestros socios
europeos y con todos los países para asegurarnos de que estamos
contribuyendo a que la economía crezca, la situación se estabilice y
vuelva la confianza a los mercados", subrayó Obama.
La
subsecretaria de Asuntos Internacionales del Tesoro de EEUU, Lael
Brainard, afirmó después que Washington ve "un giro" hacia el
reconocimiento de la necesidad de apoyar la demanda y el crecimiento en
Europa, incluso entre los alemanes, los más reacios a suavizar las
políticas de austeridad.
Esta noche, después de la cena de
trabajo del G20, Obama se reunirá con los líderes de los cinco países
europeos que asisten a la cumbre (España, Alemania, Francia, Italia y el
Reino Unido) y los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y
de la Comisión, Jose Manuel Durao Barroso.
"Es una buena
oportunidad para escuchar de los europeos qué pasos adicionales están
tomando o van a tomar" contra la crisis, sostuvo el consejero adjunto de
Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes.
En cuanto a
Siria, la otra prioridad de la Casa Blanca en este viaje, Obama y su
homólogo ruso, Vladímir Putin, encontraron "puntos de consenso" para
intentar evitar una guerra civil en ese país.
"Estamos de
acuerdo en que necesitamos ver un cese de la violencia" en Siria y en
que es necesario "un proceso político para prevenir una guerra civil",
sostuvo Obama tras su reunión con Putin, la primera desde que éste
recuperó la presidencia rusa y que duró unas dos horas.
No
obstante, Obama buscaba el apoyo de Putin a un plan al estilo de lo
ocurrido en Yemen que permita una transición pacífica y la renuncia del
presidente sirio, Bachar Al Asad, y eso no lo consiguió.
En un
comunicado difundido por la Casa Blanca al término del encuentro, Obama
y Putin hacen un llamado "al cese inmediato de la violencia" en Siria y
expresan "su pleno apoyo" a los esfuerzos del enviado especial para el
país árabe, Kofi Annan, para "avanzar en una transición política hacia
la democracia".
"Estamos unidos en la creencia de que el
pueblo sirio debe tener la oportunidad de elegir de manera independiente
y democráticamente su futuro", afirman ambos líderes en el comunicado,
en el que no se alude a la renuncia de Asad.
Obama y Putin
también hablaron sobre Irán y coincidieron en que ese país "debe
realizar serios esfuerzos encaminados a restablecer la confianza
internacional en la naturaleza exclusivamente pacífica de su programa
nuclear", aunque todavía hay "tiempo y espacio" para la diplomacia,
según el presidente estadounidense.
Sobre el escudo de defensa
antimisiles de la OTAN en Europa, que Rusia ve como una amenaza y es
uno de los principales focos de tensión en la relación bilateral, los
dos líderes acordaron centrarse en resolver algunas cuestiones
"técnicas" antes de reanudar el debate "político" al respecto. EFE
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