Mijáilov fue sentenciado a cumplir su pena en
una cárcel de máxima seguridad, según el artículo 275 del código penal
(alta traición), es decir, por colaborar con un Estado extranjero
poniendo en peligro la seguridad nacional.
Además, el Estado
confiscará todos los bienes del condenado, para el que la Fiscalía rusa
había pedido 13 años de cárcel, mientras la defensa había solicitado
reducir la condena a 6 años de prisión.
Como es tradición en los juicios militares en Rusia, la vista tuvo lugar a puerta cerrada.
Recientemente, la Justicia rusa condenó también a 12 años de cárcel a
otro coronel ruso en la reserva, Vladímir Lazar, por vender secretos
cartográficos a Estados Unidos.
Esos mapas pueden ser
utilizados para el lanzamiento de misiles, el cumplimiento de misiones
de la aviación enemiga o la realización de operaciones militares
terrestres, según la sentencia.
Además, el miembro de un
centro de investigación de la industria militar rusa también fue acusado
el mes pasado de entregar a un país extranjero datos secretos del misil
intercontinental Bulavá, que según Moscú es capaz de burlar cualquier
escudo antimisiles, incluido el norteamericano.
Los Bulavá son
el orgullo del arsenal nuclear ruso, ya que pueden llevar hasta diez
ojivas de guiado autónomo y tienen 8.000 kilómetros de alcance.EFE
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