La cumbre de hoy celebrada en la ciudad natal
de Putin es la primera desde su retorno al Kremlin el pasado 7 de mayo,
tras lo que el anterior presidente ruso, Dmitri Medvédev, pasó a ser
primer ministro.
Mientras, la UE, además de Van Rompuy, está
representada por el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao
Barroso, y la jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton.
Como ya es tradicional, la cumbre empieza con una cena informal que
marca la pauta de lo que anunciarán los líderes del Veintisiete y de
Rusia tras las consultas oficiales.
Se espera que los líderes europeos pidan a Putin más flexibilidad en la mediación en el conflicto sirio.
"De todos modos, la posición rusa sigue siendo distinta, sigue siendo
muy precavida en lo que se refiere a posibles resoluciones en el
Consejo de Seguridad" sobre Siria, manifestó a Efe Fernando Valenzuela,
embajador de la UE en Rusia.
Rusia aseguró esta semana que no
modificará bajo presiones diplomáticas su postura de oposición a una
intervención militar extranjera en Siria y de respaldo al plan de paz de
Annan.
Además, tachó de "contraproducente" la expulsión de
los embajadores de Damasco de la mayoría de los países occidentales como
protesta por la reciente matanza en la ciudad siria de Hula.
Entre otros conflictos regionales abordados en la cumbre también figuran
en la agenda los de Cisdniéster, Nagorno Karabaj y Georgia.
"Esperamos que el nuevo presidente ruso se manifieste igual de activo en
el problema del (enclave armenio) de Nagorno Karabaj y mantenga los
esfuerzos para solucionar el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán", dijo
a la agencia Interfax un representante de la delegación europea bajo
condiciones de anonimato.
Al mismo tiempo, catalogó de
"notorias" las discrepancias entre Rusia y la UE sobre el estatus de las
regiones separatistas georgianas de Osetia del Sur y Abjasia.
Con todo, dijo que sí se han observado ciertos avances en la postura de
Rusia sobre la resolución del conflicto de Cisdniéster.
Según
los mismos diplomáticos europeos, la UE no espera "grandes cambios en
las líneas prioritarias de la política exterior, energía o comercio", y
sólo "matices diferentes" con respecto a Medvédev, que presidió el
Kremlin entre 2008 y 2012.
Otro de los asuntos abordados por
las delegaciones rusa y europea es la crisis de la deuda, en la que,
según Valenzuela, "Rusia mantuvo siempre una postura coherente y muy
favorable al mantenimiento del Euro y de la estabilidad monetaria en la
UE".
Las críticas rusas al tercer paquete energético de la UE y
el régimen de visados también son incluidos en la agenda de las
conversaciones, aunque no se esperan decisiones definitivas en ninguno
de los dos asuntos.
Se informa también de que las partes
tratarán el tema de las controvertidas elecciones parlamentarias rusas
de diciembre y las presidenciales de marzo, y la ola de multitudinarias
protestas opositoras contra el fraude electoral y a favor de las
reformas políticas.
Según señalan los expertos, la cumbre no
tiene como objetivo buscar "soluciones prácticas" a los problemas con
los que tropiezan las partes sino que sirve para marcar los enfoques
actuales y determinar el rumbo de la futura colaboración. EFE
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