Los portavoces de la Casa Blanca, Jay Carney,
y del Departamento de Estado, Victoria Nuland, coincidieron en sus
ruedas de prensa diarias en señalar que el régimen del presidente sirio,
Bachar al Asad, es el "responsable" de la matanza de Hula, que causó
108 muertos, entre ellos decenas de niños.
Esa masacre "es un
testimonio horrendo de la depravación del régimen", subrayó Carney al
recordar que Estados Unidos considera "esencial" una transición política
en Siria.
"Apoyamos el plan" de paz del enviado especial de
la ONU para Siria, Kofi Annan, "aunque seguimos siendo escépticos sobre
la voluntad de Asad para cumplirlo", dijo el portavoz del presidente de
EEUU, Barack Obama.
El subsecretario general de la ONU para
las Operaciones de Paz, Hervé Ladsous, afirmó hoy que la matanza en Hula
lleva el sello de Damasco, pero reconoció que la milicia pro
gubernamental Shabiha es "probablemente" responsable de buena parte de
las 108 muertes de civiles registradas.
En un movimiento
coordinado para protestar por esa masacre, las potencias occidentales
decidieron hoy aumentar la presión diplomática sobre el régimen de Asad
con la expulsión de diplomáticos sirios de su territorio.
Estados Unidos expulsó al encargado de negocios sirio en Washington,
Jabbour Zuheir, quien tiene 72 horas para abandonar el país, según
informó el Departamento de Estado.
Nuland, portavoz de ese departamento, dio la bienvenida a que Rusia haya pedido "una investigación imparcial" de la matanza.
"Desde esa perspectiva, ¿éste va a ser un punto de inflexión en el pensamiento ruso? Esperamos que sí", afirmó Nuland.
Hasta ahora Rusia se ha opuesto tajantemente a la salida de Asad y es
uno de los países más reticentes a adoptar sanciones contra Siria.
Por su parte, Carney reiteró que la Casa Blanca se opone a una
intervención militar en Siria, así como a armar a la oposición.
"La acción militar es siempre una opción. En este caso no hemos
eliminado ninguna de las opciones sobre la mesa, pero no creemos que una
mayor militarización de la situación en Siria sea lo correcto",
argumentó el portavoz.
Estados Unidos considera que una
intervención militar en Siria "llevaría a un caos mayor, a una mayor
carnicería", según Carney.
"Vamos a seguir trabajando con el
Consejo de Seguridad y con una coalición más amplia de los 'Amigos de
Siria' para ejercer presión sobre el régimen de Asad y evaluar nuevas
medidas en caso de ser necesario", agregó. EFE
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