Fuente: AP.
Según datos del Ministerio del Interior ruso, cerca de 40 manifestantes fueron detenidos el pasado domingo 27 en un intento de manifestación por los derechos del colectivo LGBT (lesbiana, gay, bisexual y transexual) en Moscú.
El hecho sucedió solo tres días después de la publicación del informe anual
de Amnistía Internacional acerca de la situación de los derechos humanos en el
mundo en 2011, que incluye duras críticas a Rusia.
En la introducción referida al país, el informe sostiene que “la libertad de
reunión se ha violado con frecuencia. Sobre todo a la hora de realizar
protestas políticas, ambientales, sociales y otros”.
El documento también explica al comienzo que “miembros de minorías religiosas sufren persecuciones” y que “la tortura es una práctica común, a pesar de las superficiales reformas policiales”, además, “la situación en el Cáucaso del Norte se mantiene inconstante, con serias violaciones de los derechos humanos”.
“Activistas de los derechos del colectivo LGBT se enfrentan a agresiones y a
ataques continuos. La policía expulsa y dispersa los intentos de manifestación
y las marchas del orgullo gay en Moscú y San Petersburgo”, completa el informe.
Por otro lado, el pasado viernes la situación de los derechos humanos y de los
homosexuales salió nuevamente a la luz, con la publicación del informe anual de
los derechos humanos del Departamento de Estado norteamericano.
Entre otras críticas, el informe norteamericano afirma que, según los
activistas gays de Rusia, “la mayor parte de las personas de la comunidad LGBT
esconde su orientación por miedo a perder sus empleos o casas, así como por
temor a la violencia”.
Posición rusa
En cambio, el representante oficial de los derechos humanos en Rusia, Vladímir
Lúkin, considera que hay pocas violaciones a los derechos LGBT en su país.
“Este tema es muy complejo. Yo, como representante de los derechos humanos de
Rusia, debo decir que recibimos pocas denuncias relacionadas con la violación
de los derechos de minorías sexuales”, dijo Lúkin a la revista Gazeta.
A comienzos de este año, sin embargo, una ley aprobada en San Petersburgo
generó polémica al prohibir “la propaganda de la sodomía, el lesbianismo, la
bisexualidad y la transexualidad entre los menores de edad”.
Según los opositores, el proyecto de ley puede utilizarse para reprimir toda
manifestación pública de los homosexuales, desde expresiones artísticas hasta
marchas del orgullo gay.
“No creo que sea aceptable la publicidad de las orientaciones sexuales. Si el
Tribunal Constitucional decide que la ley está en contradicción con la
Constitución, entonces estaré en contra de esa ley. Toda norma provoca
críticas, eso es algo saludable”, afirma Lúkin.
Independientemente de lo que diga el representante de los derechos humanos,
numerosas personas se quejan de la persecución que sufren por sus preferencias
sexuales.
Otras violaciones
El informe de Amnistía Internacional destaca el aumento de la actividad civil
en Rusia después de las elecciones parlamentarias de diciembre de 2011 y
subraya la necesidad de que haya “libertades civiles y políticas” y la caída en
el apoyo popular a la “estabilidad garantizada por Medvédev y Putin”.
Según la organización, las autoridades del país mantienen una política que
limita la libertad de reunión, aunque hayan permitido manifestaciones que antes
estaban prohibidas. Sin embargo, Amnistía Internacional recuerda que muchos
manifestantes pacíficos fueran detenidos. En el informe también se habla del
aumento de la influencia de los medios online y del crecimiento de las
publicaciones de pequeña circulación que, en contraste con la televisión rusa,
critican al gobierno.
Además, según el informe, algunos periodistas de la oposición se enfrentan a
amenazas constantes que muy pocas veces son investigadas a fondo por las
autoridades oficiales. Otro problema señalado por Amnistía Internacional es la
lentitud en la aplicación de las reformas, calificadas como prioritarias, por
el propio gobierno. De acuerdo con el informe, en 2011 no hubo progreso ni en
la lucha contra la corrupción, ni en la continuidad de la modernización, ni en
la reforma de la policía.
“Se trata de un informe rutinario y completo sobre la situación de los derechos
humanos en 190 países. Amnistía Internacional es una organización competente y
su punto de vista es objetivo. Al menos me satisface saber que, de todos los
países estudiados, sólo 21 tienen pena de muerte”, considera Lúkin.
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