La planta, declarada en suspensión de
pagos e intervenida desde 2010 por la Justicia, fue cerrada en 2008 por
contaminar una superficie de al menos 200 kilómetros cuadrados del lago
con dioxina, fenol y derivados del sulfuro, entre otras sustancias
nocivas.
Aunque fue reabierta por orden directa de Putin,
entonces primer ministro, la industria sigue adeudando millones de
dólares al propio Deripaska, el multimillonario que controló la empresa
hasta 2010 y que según sus empleados la llevó a la bancarrota.
Los trabajadores de la planta, de cuya actividad depende Baikalsk,
acusan a los gerentes de Deripaska de haber vendido activos de la
fábrica -una central eléctrica y una estación de esquí- para luego
desviar los beneficios.
El oligarca, investigado por la
Justicia española por sus posibles relaciones con el crimen organizado,
también habría "inflado la deuda" de la compañía y dejado de pagar los
impuestos al Estado, según la carta remitida al presidente ruso.
Después de que la empresa fuera declarada en suspensión de pagos, el
magnate del aluminio no dudó en vender el 51 por ciento de las acciones a
su entonces socio Nikolái Makárov, a quien ahora reclama 150 millones
de rublos (5 millones de dólares) prestados a la fábrica.
Al
mismo tiempo, el magnate es blanco de una investigación por parte del
Ministerio ruso del Interior, que en abril empezó a estudiar los
expedientes facilitados por la Justicia española, que le acusa de
blanqueo de dinero en España.
Aunque Interior precisó que se
trata de una revisión de los datos remitidos, el juez de la Audiencia
Nacional española Fernando Andreu advirtió de que recuperará la
competencia en caso de que Rusia decline su solicitud para investigar a
Deripaska.
La investigación sobre Deripaska surgió a raíz de
la "operación Avispa" desarrollada en dos fases en España en 2005 y 2006
y por la que ya fueron condenados seis miembros de la mafia
ruso-georgiana.
Según el sumario, en Rusia se habrían
constituido, formado y ejercido las actividades criminales de la
organización investigada, conocida como la banda "Izmailovskaya", y es
en Rusia donde se dieron las órdenes y se planificó el blanqueo de
capitales que es objeto de este procedimiento, sostiene el juez.
Según el auto, Deripaska sus ex socios controlaban varias de las
empresas de aluminio de Rusia que la organización criminal "habría ido
"conquistando" mediante la extorsión y el asesinato, y de las cuales
obtenían el dinero que luego blanqueaban.EFE
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