Según Amnistía, las autoridades rusas
continuaron restringiendo la libertad de reunión de los movimientos de
la sociedad civil críticos con el Gobierno, "aunque permitieron que se
celebraran algunas concentraciones callejeras prohibidas en años
anteriores".
La organización de los derechos humanos se
refiere a las manifestaciones pacíficas espontáneas que se celebraron
tras las "controvertidas elecciones" parlamentarias del 4 de diciembre
pasado y en las que se detuvo a más de un millar de manifestantes.
Pese a ese hostigamiento, Amnistía destaca que las manifestaciones
que se convocaron tras las elecciones fueron creciendo, alimentadas por
el creciente "compromiso cívico" frente a la corrupción, la reducción de
las protecciones sociales, los abusos policiales y contra el medio
ambiente.
En cuanto a la libertad de expresión, Amnistía
afirma en su informe que prosiguieron las amenazas y agresiones físicas
contra periodistas por escribir sobre "asuntos políticamente delicados,
como la corrupción".
Cita el ejemplo del asesinato del
periodista Jadzhimurad Kamálov, fundador y director del semanario
daguestaní independiente "Chernovik", cuyo personal llevaba años
sufriendo intimidación y acoso por parte de las autoridades locales.
Amnistía destaca que las denuncias de tortura o malos tratos siguen siendo "generalizadas" en Rusia.
Según la organización, la nueva legislación sobre la policía
introdujo la evaluación formal de todos los agentes y redujo su número,
pero no contiene nuevas disposiciones sobre la rendición de cuentas o
para combatir la impunidad por la violación de los derechos humanos.
También critica los casos de "juicios injustos debido a presuntas
injerencias políticas, corrupción y connivencia de jueces, fiscales y
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley", pese a las iniciativas
para mejorar la eficiencia e independencia del poder judicial.
En la Federación Rusa, el Cáucaso septentrional es un caso especial por su situación "irregular e inestable".
En Chechenia ha descendido la actividad de los grupos armados, aunque
las operaciones de los cuerpos de seguridad siguen dando lugar a
denuncias.
En Daguestán las operaciones para cumplir la ley
dieron lugar a numerosos informes de desapariciones forzadas,
ejecuciones extrajudiciales y tortura.
En Kabardino-Balkaria y
Osetia del Norte, las operaciones lanzadas por las fuerzas de seguridad
también han dado lugar a numerosas violaciones de los derechos humanos.
EFE
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