Vuelven las elecciones regionales

Fuente: RIA Novosti / Yuri Strelets

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En Rusia, para sorpresa de muchos, ha aumentado significativamente el interés por las elecciones regionales. Tras las elecciones parlamentarias y presidenciales, a raíz de las cuales eclosionó el activismo ciudadano, el foco de la lucha política se ha desplazado a las regiones.

En octubre de 2011 los electores apenas se interesaban por cómo elegir y a quién para los órganos de poder regional. Por lo general, acceder a un cargo en estos órganos era posible con la aprobación local y la de la burocracia federal, que no quería mantenerse alejada de las posturas potencialmente críticas.  

Pero durante varios meses se estuvieron produciendo acontecimientos importantes en este ámbito. Según el politólogo Vadím Dryaguin, "la aparición de un movimiento de oposición en Rusia frustró el monopolio que las autoridades locales tenían en la formación de los órganos a nivel local en todo el país"-

Moscú se sitúa en la vanguardia de la protesta civil, ya que fue la primera región cuyo gobierno tuvo menos representación del partido dirigente. Sorprendentemente, en las elecciones municipales, en algunos distritos de la ciudad ganaron candidatos independientes o de la oposición que nunca antes habían participado en política. Aunque finalmente no han logrado hacerse con el poder en algunas de estas divisiones municipales, se ha querido ver este hecho como la primera victoria de la oposición.

Desde Moscú, la lucha por el poder en los órganos municipales se extendió a las regiones. Inesperadamente, muchos candidatos del partido dirigente que creían tener la victoria garantizada perdieron las alcaldías de ciudades como Yaroslavl o Tolyatti. Lo ocurrido en Ástrajan es un claro ejemplo: el candidato de la oposición del partido Rusia Justa, Oleg Shein, desafió al candidato del partido gobernante. Tras ser derrotado, el candidato opositor se declaró en huelga de hambre, alegando que la votación había sido manipulada. Para ayudar a Shein llegaron desde Moscú los líderes de la protesta civil y la oposición no parlamentaria, Alexéi Navalni e Iliá Yashin, y decenas de activistas de la oposición.

El siguiente paso fue la candidatura a la alcaldía, en la ciudad siberiana de Omsk, del popular bloguer Iliá Varlámov, a pesar de que vive en Moscú y no conoce en absoluto los problemas de la ciudad. Aunque ni siquiera consiguió registrarse para participar en los comicios, el acto en sí muestra que una parte de la oposición, viendo que no se repetirán la elecciones presidenciales y parlamentarias, ha decidido luchar por el poder por medios pacíficos, empezando desde abajo.

Uno de los problemas residía en que el mecanismo de las elecciones seguía siendo el de siempre; sin embargo, atendiendo a las demandas de la oposición se modificó la ley. Dmitri Medvédev, antes de abandonar la presidencia, reinstauró las leyes de la Duma de Estado el 1 de junio, que estipulan la elección directa del gobernador, de modo que las urnas reemplazan a la práctica actual de nombramiento directo de los gobernadores de las regiones centrales. Del mismo modo, se suprime la recogida de firmas para la participación de los partidos en las elecciones.

Voces críticas señalan que el poder sigue ejerciendo el control mediante la fuerte burocracia que estas reformas llevan aparejada, dejando a la oposición sin apenas posibilidades. Por ejemplo, para poder presentarse a las elecciones a gobernador, los candidatos independientes deben recoger las firmas de apoyo de entre un 5 y un 10% de diputados municipales y alcaldes de los municipios. Sin embargo, entre la gente se observa una especie de euforia, una sensación de elecciones libres, de participación política verdadera, dice Vadim Driaguin.

En el centro mismo de la oposición nos encontramos con personas que creen que las protestas son necesarias, además de una acción con objetivos claros. "Unas pocas concentraciones y manifestaciones no son suficientes, cansan rápidamente, necesitamos cosas más concretas: por ejemplo, tenemos este año para crear un partido o entrar en un partido ya existente. Hay que anunciar que se van a celebrar  elecciones regionales y que la participación es indispensable para que las protestas adquieran sentido a nivel regional", dice el analista político Valeri Jomiakóv.

El punto culminante de la lucha política tendrá lugar en otoño, cuando están previstas las que podrían denominarse primeras elecciones directas de parlamentos regionales y gobernadores. Este es el principal evento de política interna del 2012. Dmitri Gudkov, diputado de la Duma por el partido Rusia Justa, que votó en contra del nombramiento de Dmitri Medvédev como primer ministro, dice que la oposición podría seleccionar un candidato único para todas las elecciones regionales. El parlamentario agregó que el primer candidato de la oposición debería ser elegido a principios de junio, con motivo de las elecciones a la alcaldía de Krasnoyarsk.

Para luchar por el gobierno contra Rusia Justa, este mes se volvió a inscribir en el registro el Partido Republicano, fundado en 1990 y que más tarde se disolvió por diversos motivos. Este es el octavo partido político registrado en un país para las elecciones legislativas. Su líder, Vladímir Rizhkov, dijo que el partido tiene previsto poner a prueba el nuevo mecanismo electoral y que sus candidatos se presentarán en Veliki Novgorod, Blagoveshchensk, región de Amur, Briansk y Belgorod.

Sin embargo, la batalla decisiva se disputará por los escaños en el parlamento de  Moscú y San Petersburgo, las principales áreas metropolitanas, donde se forman la mayor parte de los movimientos ciudadanos y que funcionan como termómetros del estado de ánimo del país. "Lo más importante es que la campaña de la oposición tenga una representación cualitativa en la Duma de Moscú, y que el movimiento de ciudadanos "indignados" tenga una aspiración política real", opina el analista político Mijaíl Remízov.

El gobierno federal parece satisfecho, ya que se trata de canalizar las protestas de manera pacífica y constructiva, y de activar la vida política. Recientemente ha dimitido una serie de gobernadores locales, lo que pone de manifiesto el deseo del Kremlin de renovar las plantillas. "Se ha sustituido a los gobernadores anteriores debido a que no habían cumplido las expectativas y no habían ganado autoridad de cara al pueblo", dijo Viachesláv Pozgalyóv, gobernador de la región de Vologodsk durante los años 1996-2011.


El gobierno federal es muy prudente en cuanto a la liberalización de la legislación electoral, que endureció a mediados de la década del 2000, basándose en el hecho de que el poder en las regiones lo detentaban las bandas criminales. Obviamente, al mismo tiempo, se pretendía eliminar a los políticos no controlados e independientes que interferían a la hora de establecer una cadena de mando. "Esta ideología se ha esfumado", dijo el consultor político Gleb Pavlovski, que anteriormente trabajaba en el Kremlin.   

Parte de la clase política rusa se ha comprometido a devolver a las regiones no sólo más peso político, sino también económico: se está debatiendo en la Duma un proyecto de ley para redistribuir los impuestos en favor de las regiones. Naturalmente, este hecho le dará más interés a las elecciones regionales. Como consecuencia, cambiará sin duda el comportamiento de los votantes, que han de ser conscientes de que se acercan las elecciones, y de la oposición, que tendrá que lidiar con problemas reales en el ámbito municipal. "Precisamente en la base de la autogestión podemos encontrar el modo de formar una sociedad civil con personas que tienen diferentes puntos de vista, para desarrollar una posición unificada y saber cómo van a actuar en su propio territorio", dice Vadím Driaguin.

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