Los diez ganadores de hoy se encontrarán con
los diez de la semifinal del próximo jueves y con los países del "Big
Five" (España, Italia, Alemania, Francia y Reino Unido), además del
anfitrión, Azerbaiyán.
Después de meses de preparativos y una
vasta organización, esta opulenta potencia petrolera ha mostrado las
cartas de su primer y orgulloso festival de Eurovisión con la
celebración de la primera semifinal, que ha retransmitido RTVE y en la
que ha podido votar el público español.
El impresionante
escenario, diseñado por segundo año consecutivo por Florian Wieder,
colaborador asiduo de los premios MTV, ha acogido en primer lugar el rap
del montenegrino Rambo Amadeus, con su apropiado rap "Euro Neuro", y el
dúo islandés Greta Salóme & Jónsi, con el romántico y onírico
"Never Forget".
Ha habido rock al estilo U2 con los hermanos
suizos Sinplus ("Unbreakable"), del tipo indie y psicodélico con los
israelíes Izabo ("Time") e, incluso, a cargo de los ganadores del último
premio MTV a la mejor banda húngara, Compact Disco, con "Sound Of Our
Hearts".
También ha habido temas más movidos a cargo de las
representantes griega y chipriota, Eleftheria Eleftheriou e Ivi Adamou,
respectivamente, quienes ya fueron rivales en una de las ediciones de la
versión helena del concurso de talentos "X Factor".
Una de
las actuaciones más llamativas, sobre todo para el público
hispanoparlante, habrá sido la del numeroso conjunto rumano Mandinga,
compuesto por músicos de ese país y cubanos, que han interpretado en
castellano gran parte del veraniego "Zaleilah", que remite a la música
de su compatriota Inna.
Como en las últimas ediciones del
festival, el alcance de las extravagancias parece cada vez más
contenido, aunque Eurovisión es un programa de televisión en la misma
medida que un concurso de la canción, y qué sería de ambos mundos sin un
reducto para el exceso.
Un perfecto reflejo de esa
combinación la ha dado la albanesa Rona Nishliu, con su desgarradora
balada "Suus" y un moño a lo princesa Amidala de "Star Wars".
Más por la singularidad de su propuesta que por empujar el límite del
ridículo, en este apartado destaca el coro folk de abuelas rusas
Buranovskiye Babushki, que, vestidas con trajes típicos de su región,
Buranovo, ha escenificado un festivo horneado de pan con "Party For
Everybody".
No se puede pasar por alto el portátil kitsch de
la representante de San Marino, cantando a las redes sociales, el
vestuario fosforescente de los raperos austríacos o la imposible
coreografía del moldavo, Pasha Parfeny en "Lautar".
Ni mucho
menos la presentación de los gemelos irlandeses Jedward, que repiten en
Eurovisión rebajando grados a sus atómicos tupés para cedérselos a una
indumentaria espacial con "Waterline". Así, y con una fuente de por
medio, ellos han cerrado el turno de actuaciones.
La segunda
semifinal, que se celebrará este jueves, contará con las actuaciones de
otros 18 países, a tener en cuenta, las de Suecia, la gran favorita, así
como las de Serbia, Noruega y Ucrania. EFE
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