Viajamos hasta Vladivostok para conocer, en un pequeño pueblo , a Alicia, una religiosa española que ha consagrado su vida a ayudar a lo niños de Romavka. Esta localidad, en su día una zona militar cerrada casi secreta, quedó abandonada a su suerte después de los 90 tras el cierre de sus instalaciones militares. La pérdida de trabajo trajo la degradación, física y moral del entorno social. Alicia pone su energía en ofrecer a los niños de la localidad un lugar seguro, lejos de los problemas de los adultos, generalmente relacionados con el abuso de alcohol.
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