El Software ruso irrumpe en el mercado

Foto de Reuters/Vostock-photo.

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Rusia cuenta con una fuente importante de programadores, pero las empresas de software no han tenido éxito en la externalización. En comparación con las hindúes son más caros y demasiado creativos. Sus buenas ideas, por lo general, las llevan a cabo otras compañías fuera de Rusia.

En algunas ocasiones las innovaciones técnicas facilitan la vida de los propios inventores. Nikolái Abkairov es buen ejemplo: el programador del suburbio moscovita de Selenograd, había perdido los nervios en algún momento del atasco de camino al trabajo. En su lugar, otros quizás hubieran tomado el tren. Abkairov decidió trabajar desde casa y se asoció con Raum Sunkara y Bhaskar Roy, dos americanos de origen hindú que entonces planeaban la salida del gigante norteamericano de software Oracle.


De este modo, a principios de 2007, tras nueve meses de desarrollo, se terminó el prototipo de Qik, un programa que aumenta la funcionalidad del teléfono móvil y permite  a los usuarios subir fácilmente sus propios vídeos a la web y que estos sean accesibles para sus amigos.


La aplicación -apta tanto para telefonía como para chats- es usada por más de diez millones de personas en todo el mundo. Su puesta en marcha fue fulgurante: en enero de 2011 la empresa fue comprada por 121 millones de dólares por Skype.


Hoy en día, en Selonograd trabajan 50 programadores para Qik. Los licenciados de la Universidad de Investigación Nacional de Tecnología Electrónica (MIET), que se encuentra en esta pequeña ciudad y en la que estudió Nikolái Abkairov, tienen una atractiva empresa justo en frente suyo.


La buena noticia de esta historia de éxito para el sector de las tecnologías de la información ruso es que NIkolái no quiera ir a Occidente, al mismo tiempo que es capaz de influir en el mercado mundial.


Aunque también es destacable el reverso: Qik no es una empresa rusa, sino americana que tiene su sede en Silicon Valley. Allí, dos docenas de colaboradores se preocupan de la comercialización y la venta. Sin la habilidad para los negocios de sus socios de ultramar, el mismo proyecto no habría tenido ninguna oportunidad desde el principio. Así lo admitía Abkairov en una entrevista para Zelenograd.ru: “nunca me habría arrojado solo al vacío, no soy tan valiente”.


Softwares rusos en la CeBIT de Hannover


Rusia se ha mantenido hasta ahora más por sus programadores que por sus talentos en el ámbito empresarial. Sin embargo, alguna que otra vez ambos se encuentran. De este modo, fue un impacto total la llegada del fabricante moscovita de software Abbyy con su programa de reconocimiento de textos FineReader y su diccionario electrónico Lingvo. En la feria CeBIT de este año-la feria de informática más grande de Europa celebrada en Hannover- Abby concede prioridad a las soluciones de negocios así como al registro de documentos y datos móviles.


 La empresa rusa de tecnologías de la información de mayor éxito internacional es el productor de antivirus Kaspersky Lab. Su volumen de ventas alcanzó el curso pasado 612 millones de dólares, un 14% más que en 2010 y un 57%  más que en 2009. En torno a un 80% corresponde sólo al extranjero.


De las 20 empresas con más beneficios del sector, una gran parte no produce nada por sí misma, sino que se dedican a practicar una integración de sistemas, es decir, a adaptar los productos de otros fabricantes a las necesidades de sus clientes. Tres grandes pesos pesados están del sector están centrados principalmente en el área de habla rusa: el buscador Yandex, recientemente provisto con numerosas opciones nuevas y desde mayo de 2011 cotizando en la Bolsa tecnológica de New York NASDAQ, se impone en Rusia con un 60% de la cuota de mercado frente a Google. Entre las redes sociales, el líder mundial del mercado, Facebook ocupa el tercer puesto en Rusia, a una clara distancia las nacionales Vkontakte y Odnoklassniki.


No obstante, el mercado ruso de tecnologías de la información crece por el momento a un ritmo lento. Microsoft obtiene únicamente un 1,5 % de su volumen de ventas. Como una vez dijo Evgueni Kasperski, en el país hay “una gran cantidad de especialistas cualificados, pero pocas empresas con éxito”.


Aunque cada vez hay empresas que orientan su puesta en marcha de manera global. Alexánder Galizki, fundador y gerente del fondo empresarial Almaz Capital, habla de “relanzamiento” en esta terreno. El fondo ha invertido en los tres últimos años entre cinco y siete millones de dólares al año entre diez firmas, con dinero proveniente del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo o Cisco Systems, entre otros.


El veterano empresario, Galizki, ve el punto fuerte de Rusia en su “fuerte escuela de programadores” que se basa en una formación de gran nivel y capacita a los desarrolladores de software para acabar con el planteamiento de problemas: “tareas complicadas, análisis, grandes cantidades de datos y algoritmos, ahí somos absolutamente competitivos. Quien trabaje con los rusos se puede fiar”.


Apps de Rusia


Por su parte, Galizki opina que la confrontación de dos juegos de culto para smartphones no tiene lugar. En comparación con el éxito de ventas “Angry Birds” del estudio de desarrollo finlandés Rovio Entertainment, el así mismo extraordinariamente popular “Cut the Rope” del moscovita ZeptoLab es claramente de mayor calidad: “Es otro nivel intelectual. No obstante, esta ambición intelectual estorba, a veces literalmente, a los programadores rusos”.


“Hace diez años muchos habrían pensado que Rusia podría ser, en el ámbito de la externalización,  la nueva India  para las empresas de tecnologías de la información occidentales”, indica Gueorgii Patschikov, jefe de ParalelGraphics, un proveedor moscovita de instrucciones de manejo 3D. Pero más tarde se comprobó que los hindúes hablan mejor inglés y son más baratos. Sin embargo, esto no es todo. “Nuestros programadores observan el software y dicen: yo puedo hacer esto mejor. Pero en la externalización hay que ceñirse a la tarea, para ello hace falta contar con la disciplina adecuada”.

Un antivirus hecho en Rusia

Además del caviar de beluga, Rusia produce software. Ahí están por ejemplo, IBS Group y Armada, dos líderes del mercado en el sector de soluciones de sistemas integrados y soluciones para negocios. También uno de los más famosos escáneres de virus proviene de los laboratorios Kaspersky. Los productos de Abbyy, el desarrollador moscovita de reconocimiento de textos y software de voz, son usados por más de 30 millones de personas y por empresas líderes como Epson, HP, Lexmark y Siemens Nixdorf.


Alexánder VoVkula, director técnico de Parallelgraphics opina que lo más productivo es la colaboración con clientes extranjeros en la que hay lugar para lo creativo: “cuando el cliente no sabe lo que quiere, entonces ¡bienvenido a Rusia!”.


ParallelGraphics hace sus negocios sobre todo en el extranjero, por ejemplo con Boeing y Airbus. Según Patschikov, en el país hay menos interés: “para las grandes empresas públicas no vale la pena el potencial de ahorro de nuestros software. Ahí está la diferencia entre una economía extensiva y una economía intensiva”.


300 empresas de tecnologías de la información en un clúster


 Mucho se espera del clúster Skólkovo, la innovadora  pequeña ciudad situada cerca de Moscú que a partir de 2014 debe ponerse en funcionamiento. Para ello, 300 empresas ya han recibido la adjudicación. A finales de febrero también ParallelGraphics recibió su  certificado de participación. Gueorgii Patschikov solo puede contar cosas positivas: “El procedimiento de inscripción fue completamente online. No hay nada de corrupción. Hasta ahora todo es como se podría desear”.


Skólkovo debería conseguir los efectos proyectados y convertirse en un catalizador para la modernización de la economía de Rusia. Con ello, también  podría salir ganando a largo plazo la imagen de los software y hardwares rusos. Por ahora el “made in Rusia” no es garantía de calidad.


Empresas americanas de tecnologías de la información con raíces rusas como Evernote, un especialista para el almacenamiento y clasificación de datos reniegan de esta idea. El experto Galizkii opina que el tiempo cambiará el enfoque: “Hoy no hace gracia si Rusia aporta otro punto de vista. Pero también las mercancías de China tenían escaso valor hace no mucho. La confianza ha crecido lentamente. Lo mismo pasará con los productos rusos.”

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