La primera de las bombas explotó frente a la céntrica parada de tranvía “Plaza de la Ópera”. Fuente: Itar Tass
Las explosiones se produjeron a medio día. Fueron cuatro bombas de fabricación casera que explotaron con intervalos de 15 minutos. Todas las bombas fueron colocadas en papeleras de zonas públicas, con una clara intencionalidad de causar daños a la población civil.
La primera de las bombas explotó frente a la céntrica parada de tranvía “Plaza de la Ópera”, la segunda en las proximidades de un cine, la tercera en un parque y la cuarta otra vez en una parada de tranvía. Una quinta bomba fue desactivada por las fuerzas del orden.
Tras los atentados la ciudad de Dnepropetrovsk, de más de un millón de habitantes, se sumió en el caos. Las fuerzas de seguridad han tomados las calles y desde el gobierno ucraniano el presidente Victor Yanukovich, se ha comprometido a movilizar a “los mejores investigadores”. “Además de los servicios de seguridad de Dnipropetrovsk y los departamentos del ministerio de asuntos internos de la ciudad, van a crear una unidad especial para investigar estas explosiones”.
Moscú se ha mostrado desde un primer momento dispuesta a colaborar con Kiev en la investigación de la cadena de atentados del pasado jueves. Así, Alexánder Lukashevich el director del Departamento de Información y Prensa del Ministerio de Exteriores, aseguro que “La parte rusa está dispuesta a prestar todo tipo de ayuda a las autoridades ucranianas en la investigación de todas las circunstancias de lo ocurrido. Ayudaremos en la investigación y atenderemos cualquier petición de los colegas ucranianos”. Además agregó que entre los 27 heridos no hay ningún ciudadano ruso. Asociaciones de médicos rusos también se ofrecieron a desplazarse a Dnepropetrovsk en caso de ser necesario un refuerzo médico, y el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa mostró su apoyo y solidaridad con las víctimas y mostró su más férreo rechazo a la violencia como camino para “conseguir objetivos políticos o corporativos”.
Los atentados se producen en un país sin antecedentes terroristas remarcables, menos aún de ataques premeditados contra la población civil, por lo que el desconcierto entre la ciudadanía es más que notable a la hora de preguntarse sobre la autoría de estos atentados.
Chris Cole, profesor de inglés y residente en Dnepropetrovsk, fue testigo presencial de la primera de las explosiones : “Estaba cruzando la calle después de salir del trabajo, me dirigía al tranvía, que estaba frente a mí, cuando una explosión hizo saltar las puertas y las ventanas de los vagones del tranvía. Después la gente salió del vagón ensangrentada, algunos llorando, otros gritando y otros en silencio. Había muchas personas tumbadas por el suelo. Las ambulancias tardaron menos de 10 minutos en llegar y después la zona quedó acordonada por la policía”.
El atentado se ha producido a menos de 6 semanas del comienzo de la Eurocopa que se celebrará en Ucrania y Polonia de manera conjunta. Desde la UEFA se ha asegurado que la seguridad del campeonato está garantizada.
Kiev también ha afirmado que la seguridad está garantizada para futbolistas, delegaciones y público y ha recordado que en la ciudad de los atentados, Dnepropetrovsk, no hay planeado ningún partido de fútbol de esta competición internacional.
Hoy la ciudad sigue conmocionada, Chris asegura que “la mayoría de los estudiantes y trabajadores se han quedado en casa, sin salir a la calle, aunque los transportes urbanos funcionan. Hay policías en cada esquina”.
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