Mevédev con su homólogo chileno. Fuente: Itar Tass
Con una historia de relaciones diplomáticas de no tan larga data, en los últimos años Rusia y Chile han comenzado a fortalecer sus lazos, principalmente en el área económico-comercial. Si bien es cierto que han existido cartas y comunicaciones oficiales entre los mandatarios de ambos países desde el siglo XIX, las relaciones diplomáticas entre Moscú y Santiago de Chile se establecieron oficialmente el 11 de diciembre de 1944, antes de la finalización de la Segunda Guerra Mundial.
Las condiciones geopolíticas de las segunda mitad del siglo XX hicieron que las relaciones entre el Kremlin y el Palacio de la Moneda fueran mínimas y recién comenzaron a crecer a comienzos de este siglo. Vladímir Putin, en el año 2004, fue el primer mandatario ruso que visitó oficialmente el territorio chileno, en ocasión de la Cumbre del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC), que constituye actualmente el principal ámbito de cooperación política entre ambos gobiernos.
El Kremlin se ha propuesto, en este último tiempo, virar su mirada hacia el Pacífico, entendiendo el actual traslado de poder mundial hacia el Lejano Oriente. En este contexto, la cooperación con los países de la región Asia-Pacífico se torna fundamental. A pesar del hecho de que si vemos un planisferio tradicional, el continente americano se encuentra “del otro lado”, aunque lo cierto es que comparte un océano con Asia. Rusia y Chile, a pesar de encontrarse en esquinas opuestas, comparten un área de interés estratégico común, que es justamente la región del Pacífico.
Sin embargo, la relación ruso-chilena es principalmente económica-comercial. Por ello, en 2003 se creó la Comisión Intergubernamental Ruso-Chilena para la Cooperación Económico-Comercial. Esta comisión intenta fomentar la cooperación en materia de negocios entre las empresas de ambos países, especialmente en las áreas de la minería, la metalurgia, la energía y la pesca. Su sexta edición se llevó a cabo este mes, en donde las negociaciones se orientaron a una eventual firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Rusia y Chile, cuestión que se seguirá debatiendo en la próxima Cumbre de Líderes de APEC en Vladivostok, en septiembre de este año.
En cuanto a otros temas de su agenda bilateral, figuran también la cooperación en materia de defensa, tanto en el ámbito técnico-militar, como en el terreno espacial y de satélites con fines pacíficos, tal como se expresó en una declaración conjunta firmada en el año 2009 tras una reunión entre los Ministros de Defensa de ambos países.
En el año 2010 se avanzó con la eliminación de visados mutuos para los turistas que viajen de un país a otro, evento que incluyó la organización de muestras de arte en ambas capitales para transmitir e intercambiar cultura entre los países. En general, la cultura rusa no ha llegado a Chile en mayor medida que a otros puntos del planeta. Los migrantes rusos en Chile no son muchos, pero se encuentran fuertemente ligados a las artes y a la academia, razón por la cual se suele relacionar a Rusia con el Ballet y con grandes escritores como Dostoievski y Tolstói.
Así, Rusia se encuentra intentando fortalecer su posición en América del Sur, y encuentra en Chile un socio fundamental para intercambiar no sólo bienes y servicios, sino también conocimientos y cultura.
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