Sube la temperatura en el Ártico

Los países de la zona toman posiciones para defender sus intereses, mientras aumentan las maniobras militares. Foto de Geophoto

Los países de la zona toman posiciones para defender sus intereses, mientras aumentan las maniobras militares. Foto de Geophoto

El calentamiento del clima hace que las regiones polares de la tierra sean cada vez más accesibles. El Ártico, donde se cruzan los intereses de los grandes estados, se convertirá en el escenario de una nueva rivalidad. Es poco probable que haya tiros en el Ártico, pero el encontronazo de intereses económicos es completamente real.

Demostraciones de fuerza


Hasta hace poco “la conquista del Ártico” y su relación con el calentamiento global hasta tan solo interesaba a los científicos y a los periodistas. Ahora también atrae la atención de los dirigentes políticos y militares.

Los medios de comunicación internacionales, y sobre todo regionales, escriben cada vez más a menudo sobre un posible renacimiento de la “guerra fría” en el Ártico. Al mismo tiempo, los generales del estado mayor de los países de la región discuten en conferencias sobre el mantenimiento de la paz y la seguridad en el Ártico. En la última conferencia celebrada en Canadá los días 12 y 13 de abril participaron los mandos militares de todos los gobiernos árticos, incluido el jefe del estado mayor ruso, el general del ejército Nikolái Makarov.

El encuentro tuvo lugar con la reactivación militar en la región, de fondo. Tanto la OTAN como Rusia realizan maniobras de sus fuerzas armadas en la región subártica. En marzo la OTAN realizó unas serie de maniobras militares llamadas Cold Response en un territorio que iba de Suecia a Canadá y en las que participaron unos 16.300 soldados. Las maniobras no estuvieron exentas de incidentes: cinco soldados noruegos murieron en un accidente aéreo, cuando el avión de transporte C-130J en el que iban se estrelló contra la vertiente occidental de los montes Kebnekaise en el norte de Suecia.

Por su parte, los soldados rusos también realizaron maniobras militares. En el caso ruso fue la brigada de infantería motorizada 200, con sede enMúrmansk, la que realizó las operaciones militares en la región. Se utilizaron tanques T-80, considerados los más adaptados a las condiciones de la zona por sus motores con turbinas de gas, mucho más fáciles de arrancar a temperaturas bajo cero que los motores tradicionales. También participaron los barcos de la flota del norte, aviones y helicópteros de las fuerzas aéreas y la aviación de la marina.

Además, las fuerzas aéreas realizaron unos ejercicios independientes en el norte del país. En la base aérea de Besovets en Karelia, entre el 9 y el 15 de abril, más de 50 aviones y helicópteros llevaron a cabo las maniobras “Ladoga-2012”. Durante su desarrollo los pilotos derribaron más de 150 blancos aéreos.

Cruce de intereses


Las maniobras rusas y de la OTAN en el Ártico tienen el mismo objetivo. Dado que las condiciones de accesibilidad de la región son cada día mayores, los principales protagonistas quieren demostrar sus posibilidades y conseguir unos “puntos extra”, como mínimo, en la guerra psicológico-informativa, que determinará en gran medida el resultado del actual conflicto diplomático.

Por supuesto que nadie quiere una "guerra caliente". Además, los principales esfuerzos del principal protagonista en potencia, los EE UU, se concentran hoy en día muy lejos del Ártico. Sobre ellos “pende” Afganistán, la creciente oposición de China en el Pacífico y, por supuesto, la guerra en Irak todavía se hace ver. Pero la colonización activa de los recursos del Ártico, las disputas territoriales y la ampliación en el futuro de las rutas de navegación por el mar del Norte, hacen de esta zona una región tremendamente importante y mucho más "caliente" en un futuro.

La situación en los cruces de caminos marítimos siempre fue complicada, basta recordar el Mediterráneo, la zona del cuerno de África o el estrecho de Malaca. Si el Ártico se convierte en uno de estos cruces de caminos, lo que parece lo más probable es que no tardarán en surgir disputas. Cómo se solucionen dependerá también de los preparativos de las partes para defender sus intereses.

Rusia muestra esta preparación, planificando la ampliación de sus infraestructuras árticas. Para la defensa de sus dominios polares y el control de los mismos en los próximos años se deberían construir unos 20 puestos fronterizos. Parte de ellos se situarían cerca de los nueve centros del ministerio de situaciones de emergencia y el ministerio de transporte que deberían ampliarse de acuerdo con el programa de desarrollo de las vías del mar del Norte. El resto de los puestos se situarían en islas. Para asegurarse la comunicación ininterrumpida con “tierra firme” se planea la utilización del sistema de satélites “Artika”, diseñado especialmente para este fin.

Los puestos fronterizos serán el primer paso para la defensa de los intereses rusos en el Ártico. En caso de necesidad pueden apoyar a la flota del norte, parte de las fuerzas aéreas y de la “brigada ártica” del ministerio de defensa. Prácticamente todos los países de la región tienen o están creando “unidades árticas”, adaptadas a la acción en la región subártica.

El juego en el futuro


De momento los posibles conflictos son objeto de disputas teóricas y de juegos de ordenador, por ejemplo el reciente juego Naval Warfare – Artic Circle. La trama principal está construida alrededor de la posible lucha entre Rusia y la OTAN en la región subártica utilizando la flota y la aviación.

Actualmente los principales protagonistas mundiales están demasiado ocupados con la guerra contra la crisis económica mundial, como para que este guión sea una realidad. Tan solo se puede conjeturar sobre cómo cambiará la situación en la próxima década.

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