Laura Segovia, exportadora de flamenco

Laura Segovia. Fuente: cortesía de Laura Segovia

Laura Segovia. Fuente: cortesía de Laura Segovia

Actualmente se enseña flamenco en más de 20 ciudades de Rusia. Sólo en Moscú hay más de 15 escuelas. Laura Segovia es una bailaora segoviana que participa activamente en este intercambio cultural. Laura ha contado a Rusia Hoy cómo es el panorama flamenco de Rusia.

El primer documento escrito que habla del flamenco en Rusia lo encontramos en “El Liberal de Madrid”, del 1 de Noviembre de 1891, escrito por Rafael Salillas. En su artículo “Lo flamenco en Rusia”, Salillas describe, un cuadro flamenco que lo más probable es que estuviera dirigido por el Maestro Pérez, que solía vestirse de torero para hacer un número con La Juanaca y La Carbonera.

Las primeras escuelas surgieron con la llegada de los “niños de la guerra” allá por el año 1937, y muchos españoles se sorprenderían al saber que a día de hoy se enseña flamenco en más de 20 ciudades de Rusia y que sólo en Moscú puede elegirse entre más de 15.

Laura Segovia

Laura Segovia ha bailado en Sri Lanka, en el programa “Amore” de Rafaella Carrá en el canal italiano RAI, en el Festival de Jerez y también ha inaugurado el Auditorio Nacional de El Espinar, en Segovia. Además, ha trabajado como profesora en más de 15 ciudades españolas. Sus próximos proyectos la llevarán a Portugal, México y Japón.

Estas escuelas rusas viajan a España para aprender y a buscar artistas y maestros a impartir clases en sus centros. Laura Segovia ha sido contratada en diez ocasiones por diferentes escuelas y ha actuado alrededor de 15 veces en Moscú. Es psicóloga, bailaora, coreógrafa y maestra de flamenco. Estudiosa de su propio arte, entre sus maestros a figuras como Antonio Canales, Rafael Amargo, Juana Amaya, La Truco, La Tati, Inmaculada Ortega, Manuel Betanzos, entre otros.

¿Por qué adquirió el nombre de su ciudad natal como “apellido” artístico?

Porque mi apellido es muy común es España, y siempre que viajaba me conocían por Laura “la de Segovia”, y de ahí me vino, Laura Segovia, me presentaban así.

¿Cuándo fue la primera vez que vino a trabajar a Rusia y como surgió esa oportunidad?

La primera vez que fui a trabajar a Rusia fue en el otoño de 2008 a Moscú, y una semana de Master Class en Ekaterimburgo. Estaba trabajando en Sevilla, me vieron bailar las propietarias de una escuela y me pidieron el currículum. Hicimos una entrevista, y ¡me embarqué en aquella aventura! Después de la primera experiencia, he viajado a Rusia todos los años, visitando diferentes escuelas, trabajando en diferentes espectáculos, festivales de Flamenco como el “Viva España”, tablaos y distintas ciudades rusas.

¿Cuál cree que es el motivo de que el flamenco guste tanto en Rusia?

Porque es una danza en la que las emociones están muy presentes. Primero quieren aprender estilos más dramáticos, me imagino que es porque quieren exteriorizar su día a día: el frío, el tráfico, el estrés… pero después agradecen los bailes más alegres, les encanta España, aprenden español para comprender el cante y sienten el flamenco como un rayo de sol entre las temperaturas gélidas del invierno.

¿Cómo son los alumnos rusos con respecto a los españoles?

¡Son mucho mas disciplinados! No suelen faltar a clase, recuerdan siempre aquello que hicimos en la clase anterior. Para ellos la técnica es muy importante, siempre están pendientes del compás, imagino que al no entender las letras del cante, les gusta dominar en qué número del compás se encuentran. Me encanta cuando llego diez minutos antes a la clase, y los encuentro cambiados, repitiendo la coreografía y resolviendo dudas entre ellos. ¡Tienen mucha motivación! Lo que más me cuesta es sacarles las emociones al bailar, y hago mucho hincapié en enseñarles el sentido y la emoción de cada palo flamenco. Les explico lo que significa la letra del cante para que puedan también interpretarlo. En España me cuesta mucho menos, aunque me gustaría hacer algún día una clase conjunta, para que españoles y rusos aprendiesen unos de otros.

¿Qué le sorprendió más al exportar la cultura española del flamenco a Rusia?

La cantidad de escuelas y de personas amantes de este arte. Me sorprendió gratamente. Hay unas veinte escuelas de flamenco y en las escuelas más grandes llegan a los 80 ó 100 alumnos. A los rusos les interesa el arte en general, y el flamenco es un pozo sin fondo, donde pueden estar toda la vida excavando y descubriendo. Así el flamenco es muy acorde a sus ganas insaciables de aprender cosas nuevas, y exteriorizar emociones y subirse a otra dimensión desconectando del estresante día en la capital.

¿Qué es más importante para bailar flamenco, tener mucho arte o mucha técnica?

Cuando alguien siente el flamenco, en su casa o en la calle sin ninguna técnica, baila, y se siente flotar y nadar dentro de una música en la que le falta coordinación y conocimiento, y eso le hace ir a una escuela a aprender más técnica, para que su arte no se mueva sólo en cuatro movimientos. Aquél que descubre el flamenco con mucha técnica, tiene que sacar el arte y el sentimiento, así que ambas dos son insustituibles. Recordemos que el flamenco es un grito, el cante una trasmisión de deseos, de penas, de alegrías, de historia… y no podemos bailar al cante con una cara completamente inexpresiva, o un cuerpo rígido y plano en una dirección. Cada uno tiene que contar su historia. Solo técnica es un hielo, y solo arte es una mariposa que muere en un día. La técnica y el arte tienen que darse la mano para bailar flamenco.

Además de impartir Clases como maestra, también ha actuado en Rusia.

Sí. He actuado alrededor de 15 veces, siempre en Moscú, en diferentes lugares, en el Teatro de la juventud, la Casa de los compositores, Flamenquería...

Laura Segovia. Fuente: cortesía de Laura Segovia


¿Cómo es el público ruso con respecto al público español?

Los españoles pueden aplaudirte y jalearte desde el principio. Si les gusta, vitorean al cante, a la guitarra y al baile siempre que un "olé" es merecido. En Rusia no suelen aplaudirte hasta que terminas la actuación o hasta que no pones fin a tu baile. Tienen la cultura del ballet, y tampoco aplauden hasta que termina un número. Tuve que actuar varias veces hasta que lo entendí. Al principio pensé que no les gustaba, pero al terminar me llenaban de flores, abrazos y aplausos, y entendí que es su forma de respetarte, dejarte actuar hasta el final para después aplaudirte... si lo mereces.

¿Se complementan la psicología y el flamenco? ¿Qué usa usted más, la psicología bailando o el baile como terapia?

Sí, se complementan. Yo lo uso indistintamente. Cuando doy mis clases utilizo mucha psicología en mi pedagogía, y cuando llevo la Compañía, también con mis músicos, me gusta que haya buena energía y tocar la parte personal, después eso se nota en el escenario. A mis alumnos les encanta que hagamos “flamencoterapia”, el baile siempre es una forma de trabajo individual, físico y personal. Cada uno cuenta su historia. He trabajado como monitora de psicoballet, pero ser psicoterapeuta a través de la danza, maestra y bailaora son tres profesiones muy diferentes a las que no te puedes dedicar si quieres hacerlo plenamente, así es que… ¡tuve que decidir!

¿Cuándo tiene previsto volver a Rusia y para qué?

Volveré a Moscú este verano para estar tres meses, y en septiembre haré una Master Class en Perm.

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