Imagen de Reuters/Vostock_Photo
En la noche del 5 al 6 de abril la Corte Federal de Nueva York condenó al ciudadano ruso Víctor Bout a 25 años de prisión con una multa de 15 millones de dólares. Bout fue declarado culpable de intentar vender armamento al grupo guerrillero de izquiedas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La decisión de la Corte fue indudablemente mediadora: de un lado la fiscalía exigía cadena perpetua para Bout por la gran cantidad de armamento acordado entre las partes, mientras que los abogados del acusado pedían la disolución de todas las acusaciones por falta de pruebas y el carácter provocador con que las fuerzas americanas llevaron a cabo la operación.
La esposa del acusado, Ala Bout declaró que el veredicto es de hecho una victoria de los abogados de su marido. “Si la juez dio la mínima condena, fue porque reconoció la falta de bases de las acusaciones. La fiscalía no posee ningún tipo de documento como extractos de cuentas bancarias, etc. La juez fue muy imparcial al dictar su veredicto, a pesar de estar tan restringida por la severidad del sistema judicial americano”, declaró la señora Bout a los medios de comunicación.
A la mañana siguiente del pronunciamiento de la sentencia, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia declaró oficialmente que el veredicto de la corte americana es “infundado y elaborado”.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia hará todos los esfuerzos posibles para que Víctor Bout regrese a su país, valiéndose para ello de los mecanismos que ofrece el derecho internacional. Este tema es prioridad para el orden del día en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia”, anunció este organismo oficial.
La opinión de los expertos con respecto al futuro del ciudadano ruso están divididas:
“Rusia tuvo oportunidad de influir en la decisión de Estados Unidos antes del pronunciamiento de la sentencia. Desafortunadamente, resultó ser que el peso político de Rusia en las relaciones internacionales fueron insuficientes para resolver esta situación en condiciones en las que Rusia pudiera demostrar toda su fuerza y su peso político”.
Kiril Koktish, politólogo
"Yo creo que la suerte de Bout se puede convertir en objeto de negociación diplomática y administrativa entre Estados Unidos y Rusia. Para mí, queda absolutamente claro que Bout no es un criminal común y corriente, y que en su caso han intervenido desde el principio los intereses estatales. En esos casos, lo que se puede hacer es, o acordar intercambio de presos o atenuar las condenas”.
Pável Sviatenkov, experto del Instituto de Estrategia Nacional
"Naturalmente, los abogados son quienes deben apelar la condena, mientras que Rusia debe diponer la argumentación en beneficio de tal decisión. Si realmente existen argumentos, Rusia, de acuerdo con su legislación, deberá disponerlos en la cooperación con los abogados y la esposa de Bout. En lo que tiene que ver con la extradición, no existen prácticamente posibilidades de llevarla a cabo con tan penosos componentes del caso. Teóricamente se puede, por supuesto y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia debe hacer todo lo posible para que un ciudadano ruso, sin importar quien sea, pueda ser extraditado a su país”.
Pável Krashennikov, jefe del Comité legislativo de la Duma Estatal
Tomado de Kommerstant FM, RIA Novosti
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