La ONG se embarca en una campaña internacional para lograr la liberación de María Aléjina, Nadezhda Tolokónnikova y Yekaterina Samutsévich, detenidas y arrestadas entre los pasados 4 y 15 de marzo tras ser acusadas de gamberrismo, un delito punible por la ley rusa con penas de hasta 7 años de cárcel al ser cometido en grupo.
"Estamos seguros de que las acusaciones penales no son las que corresponden en este caso", denunció el activista de la ONG internacional.
El pasado 21 de febrero, cinco miembros de Pussy Riot, un grupo punk integrado por mujeres anónimas que, ataviadas con capuchas que les tapan la cara, actúan en lugares públicos con canciones de contenido antigubernamental, eligieron una céntrica iglesia de Moscú como escenario para su enésimo acto de protesta contra el Kremlin.
La actuación de Pussy Riot reavivó el debate acerca del apoyo de la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR) al primer ministro y presidente electo de Rusia, Vladímir Putin.
El patriarca de la IOR, Kirill, ha criticado con dureza a la oposición por salir a manifestarse contra el Gobierno y contra los procesos electorales que ha vivido Rusia en los últimos tiempos y ha llamado a los creyentes a no salir a las calles para protestar.
Las integrantes del grupo punk niegan que el tema que cantaron en la Catedral de Cristo Salvador ridiculizara los valores de la Iglesia y explicaron que sus letras mencionaban al patriarca por haber permitido que la IOR "se haya convertido en un arma que se usa en las sucias intrigas electorales".
AI considera que aunque lo que hicieron las chicas "fue sin duda chocante e incluso ofensivo, no causaron daño material alguno, actuaron de forma pacífica y abandonaron la catedral cuando así se lo pidieron". EFE
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