El acusado había colocado en el asiento trasero de su vehículo su escopeta de calibre 12, montada y sin funda, y con un cartucho en la recámara, totalmente lista para disparar, según el comunicado de la fiscalía regional, citado por la agencia Interfax.
Según fuentes de la investigación, "el perro se puso inquieto y movió el arma con las patas de manera que ésta cayó al suelo con el cañón apuntando al respaldo del asiento del conductor".
Luego, el animal rozó el gatillo de la escopeta con una pata y causó un disparo mortal que alcanzó al conductor del vehículo.
Solomin reconoció en el juicio su responsabilidad por lo sucedido. EFE
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