La semana pasada, una serie de grupos
defensores de los derechos humanos solicitó mediante un declaración
pública la creación de una unidad especial de investigación para
fiscalizar las actuaciones de la policía.
"Los hechos que de
manera regular son denunciados por organizaciones de defensa de derechos
humanos y los medios informativos muestran que los agentes de las
fuerzas del orden emplean la tortura no sólo en Tatarstán, sino también
en otras regiones de Rusia", señalaba el documento.
La
declaración fue publicada después de que se conociera el caso de Serguéi
Nazárov, un hombre de 52 años que murió el pasado día 11 tras
permanecer dos días detenido en una comisaría policial de Kazán, la
capital de la república rusa de Tatarstán.
Nazárov falleció en
un hospital por desgarro del intestino recto, pero antes de morir
denunció que había sido torturado y sodomizado con una botella de
champán por los agentes, que lo habían detenido por una falta
administrativa.
Cinco policías de la comisaría donde se
produjeron estos hechos quedaron en prisión preventiva acusados de abuso
de poder y de infligir lesiones graves causantes de muerte, entre otros
delitos.
El portavoz del CI informó hoy de que en la región
siberiana de Kémerevo dos oficiales de policía, un mayor y un capitán,
fueron arrestados acusados de torturar hasta la muerte a un hombre de 25
años que había sido detenido como sospechoso.
Según Markin, los policías abandonaron su cadáver en una carretera, donde fue hallado el 7 de diciembre de 2011.EFE
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