El viaje a Pekín aún se está organizando, por
lo que el portavoz de Annan no pudo confirmar quiénes van a ser los
interlocutores del exsecretario general.
En ambas capitales,
Annan discutirá los tres puntos de su plan de paz y las propuestas
concretas en estos apartados, es decir, el fin inmediato de las
represión y las violaciones a los derechos humanos; el permiso para la
entrada de la ayuda humanitaria al país; y el inicio de un proceso
político.
Fawzi confirmó, asimismo, que en Moscú y Pekín Annan "discutirá las recientes respuestas de Damasco a su plan de paz".
Dichas respuestas fueron obtenidas por el equipo que Annan envió a
Siria al inicio de esta semana para discutir con las autoridades sirias y
que, tras tres días en Damasco, ayer volvió a Ginebra.
Este
equipo estuvo formado por altos cargos políticos, expertos en el
mantenimiento de la paz y en planificación militar y logística.
Annan y su equipo analizan actualmente "en profundidad" las respuestas
que el régimen de Bachar al Asad ha dado al plan delineado por el ex
secretario general de la ONU, antes de viajar a las capitales de los dos
países que más apoyo muestran a Siria.
Precisamente, Fawzi
mostró su satisfacción por la declaración aprobada por unanimidad por el
Consejo de Seguridad sobre Siria en que se apoya plenamente y sin
fisuras la misión de Annan.
"El enviado especial siente ahora
que tiene todo el apoyo del Consejo, incluido el de aquellos países que
son explícitamente cercanos a Damasco", especificó.
El
portavoz explicó que por ahora no está planeado ninguna visita de Annan a
Damasco, pero aseguró que "las negociaciones continúan por teléfono", y
que "en algún momento", volverá a Siria.
"Lo que puedo decir
es que las negociaciones están en un punto muy delicado", especificó, y
reiteró la preocupación de Annan por la situación sobre el terreno.
"La situación de crisis en el terreno es muy cruda. Por lo que
tenemos que progresar pronto. Cada minuto cuenta y Annan es
extremadamente consciente de ello", dijo.
La declaración de
Fawzi coincidió con la votación en el Consejo de Derechos Humanos de la
ONU de una declaración sobre Siria en la que se condena una vez más al
régimen por sus violaciones a los derechos humanos, calificadas de
crímenes contra la humanidad por la Misión de Investigación, reitera el
llamamiento al cese de la represión, y pide el acceso de las agencias
humanitarias al país.
Según las Naciones Unidas, en un año de
conflicto han muerto al menos 8.000 personas en Siria, y ha causado
200.000 desplazados internos y 30.000 refugiados. EFE
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