Foto de Reuters/Vostock Photo
En Cuba, Rusia tiene rostro o, para ser más precisos, rostros. Durante años, la colaboración con la URSS se tradujo en la presencia permanente o temporal de rusos en la isla. Destinados por Moscú, diplomáticos y asesores militares o civiles (ingenieros, profesores…) residieron en Cuba a lo largo de periodos extensos en los 30 años que transcurrieron entre 1961 y 1991. Con la disolución de la URSS, la mayoría de estos rusos abandonaron Cuba.
Ahora, más de 20 años después, algunos de ellos, sus padres, sus hijos o sus nietos, y a veces, en familia, vuelven a la isla en forma de empresarios y, sobre todo, turistas. Expresión de una globalización basada en el ascenso del negocio y el entretenimiento, los rusos llegan hoy a través de un sistema de viajes organizados por touroperadores privados. Los cubanos aseguran que los rusos que se fueron no son los que vuelven. Su rostro, a veces más viejo, iluminado siempre con otra luz, ha cambiado. Menos vulnerable al paso del tiempo que la fisonomía o los sistemas económicos, es la lengua rusa la que traza un línea de continuidad entre quienes se fueron y quienes ahora llegan.
El crecimiento del turismo ruso en Cuba
Lastrada por la escasa competitividad de sus productos de exportación, el turismo es una de las principales fuentes de ingresos de la economía cubana. La crisis económica mundial ha reducido el flujo de viajeros y el valor de los paquetes turísticos. Pero, frente a otros polos, el número de visitantes creció en la isla antillana en más de un 8% entre 2010 y 2011. En el último año 2,7 millones de extranjeros visitaron Cuba, la cifra más alta de la historia. Pese a no contar con el 50% de la emisión turística de la región, proveniente de Estados Unidos, Cuba se ha convertido en el tercer destino del Caribe insular, solo por detrás de Puerto Rico y la República Dominicana.
Con un millón de emisores, Canadá ocupó en 2011 el primer lugar en la lista de países de procedencia de los turistas en Cuba. Las naciones europeas, Reino Unido, Italia, España, Alemania y Francia, siguieron, en orden de importancia, al país norteamericano. América Latina, con Argentina y México, en el séptimo y noveno puesto, respectivamente, constituyeron también emisores notables para Cuba.
En 2011, Rusia ocupó el octavo lugar en número de turistas para la isla, con un total de cerca de 78.500 personas, cifras muy próximas, pese a la distancia geográfica, de históricos emisores europeos. Este volumen es el resultado de un proceso sostenido de expansión. Desde 2009, con 36.000 visitantes, el turismo ruso ha crecido más del doble. Con un 140%, el porcentaje de crecimiento de vacacionistas provenientes de Rusia fue de hecho el más alto en la isla en 2011. En octubre de 2011, el número de turistas rusos en Cuba (56.000 personas) ya había superado la cifra de todo 2010. En los dos primeros meses del 2012, de acuerdo con cifras de la agencia cubana oficial de noticias Prensa Latina, la isla recibió más de 19.000 turistas rusos, un 240% más que en ese periodo hace dos años. El número de visitantes provenientes del espacio post soviético, especialmente de Ucrania, Bielorrusia y Kazjastán, también se ha incrementado de manera notable en los últimos años.
Características del turismo ruso en la isla
La temporada alta del turismo ruso discurre en Cuba entre octubre y diciembre. Durante esa época, los ciudadanos rusos acuden a la isla en búsqueda de clima cálido y playas exóticas, abundantes en Cuba. Acorde con la modalidad de sol y playa y la disponibilidad de vuelos, Varadero y La Habana, en el centro-oeste de la isla, constituyen el destino principal del mercado turístico ruso, aunque también son comunes los balnearios de Holguín, en el este, y Ciego de Ávila, en el centro-este. La acomodación denota un crecimiento significativo del poder adquisitivo del turista de nacionalidad rusa. Los hoteles de alta gama y los planes de todo incluido, con descuentos por estancias prolongadas, de las cadenas españolas Sol Meliá e Iberostar son los más frecuentes.
Además de sol y playa, los rusos buscan reencontrarse en Cuba con un pasado familiar. La nostalgia opera como elemento diferencial frente al resto de islas antillanas. Los lazos simbólicos permanecen en forma de tecnologías, procesos o movimientos sociales, como los pioneros, agrupaciones juveniles relacionadas con partidos comunistas, que, con su bufanda roja al cuello, han desaparecidos en Rusia, pero son activos en Cuba. En algunos casos, el recuerdo es individual; en otros, metafórico, colectivo.
Algunas causas del crecimiento del turismo ruso en Cuba
El despegue del turismo ruso en Cuba es, en primer lugar, un síntoma del crecimiento de la economía y la expansión en Rusia de una clase media con poder adquisitivo suficiente para pagarse unas vacaciones en la otra punta del mundo. También refleja la buena salud de las relaciones entre Moscú y La Habana, recuperadas tras una larga década de silencio recíproco. El trabajo de promoción realizado por el Ministerio de Turismo (Mintur) de Cuba ha sido asimismo decisivo.
Los esfuerzos en este ámbito son antiguos. La Habana dedicó la Feria del Turismo de 2010 a Rusia, que el gobierno cubano veía ya como una nueva fuente de turismo estable. En 2011, la oficina del Mintur para Rusia, la Comunidad de Estados Independientes (CEI) -el espacio post soviético- y los países de Europa del Este, con sede en Moscú, llevó a cabo estrategias publicitarias en vallas, medios de transporte, como trolebuses, o medios de comunicación, tanto en radio y televisión como en internet. Los mensajes fueron estratégicamente ubicados en lugares céntricos con mucho tránsito y con posiciones ventajosas, adecuándolos a cada época del año. Además, la Oficina del Mintur para Rusia organizó encuentros y participó en ferias especializadas. La mayor parte de estas iniciativa se concentró en Moscú y San Petersburgo.
Asimismo, se estrecharon los lazos con touroperadores rusos, como Tez tour, ICS y la ITC, ademas de Nataly Tour, Biblio Globus y Coral travel, entre las 18 que trabajan en el mercado. La mayor frecuencia de los vuelos, con cinco rutas semanales, contribuyó también de manera significativa. En la actualidad, Aeroflot vuela desde Moscú a La Habana, en vuelos combinados con Cubana de Aviación, cuatro veces por semana, mientras Transaero conecta Moscú y San Petersburgo con Varadero. La oferta de promociones fue asimismo destacada.
Desigual aprovechamiento de la historia
Con la vuelta de los rusos, se han activado de manera selectiva aristas de la historia recíproca. Algunas habilidades se valoran después de mucho tiempo. El abrupto desembarco de la historia marca con sus rostros un nuevo perfil de la desigualdad.
La mayoría de los rusos destinados en Cuba regresaron a Rusia con la caída de la Unión Soviética. Algunos de ellos y otros rusos, enviados ahora por touroperadores, por propia voluntad y financiados por su propia bolsillo, visitan la antigua isla aliada con mayor frecuencia. Algunos de estos rusos hablan inglés; otros, muchos menos, español. Todos, claro, se comunican en ruso.
Guardados en el arcón durante década y media, los manuales de ruso y los diccionarios español-ruso vuelven a estar de moda en Cuba. Muchos cubanos aprendieron, sin embargo, ruso, en la isla o en Rusia, donde cursaron estudios. Si los rusos se fueron y vuelven hoy de manera creciente, bajo el reclamo del sol y la nostalgia, buena parte de los cubanos recuerdan ese etapa. Muchos recuerdan el rostro de los rusos; algunos menos, pero aún muchos, el funcionamiento de la lengua rusa. Quienes aprendieron ruso en su día y aún lo recuerdan parten hoy, frente a esa moda, con ventaja. Distribuidas la mieles de la historia de manera disímil, cierta memoria en Cuba es hoy altamente rentable.
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