Dibujo de Niyaz Karim
En el momento en el que Putin asuma de nuevo su cargo de Presidente, Dmitri Medvédev se afirmará en el gobierno por bastante tiempo, aunque según se rumorea el tándem anterior ya se haya disuelto. Al mismo tiempo, una serie de fuentes de alto rango dentro del gobierno y cercanas al Kremlin, confirman a Forbes que se planea que Medvédev esté presente en la Casa Blanca (sede del gobierno) hasta que concluya el período de Vladímir Putin. Las conversaciones sobre posibles cambios de personal se quedan en eso, en meras conversaciones, aunque es de esperar que se den modificaciones estratégicas.
Es posible que haya cambios importantes en la estructura del gabinete. Según el testimonio de una fuente de alto nivel, el gobierno funcionará en base a la gestión de proyectos. Medvédev tendrá un determinado número de viceprimeros ministros, que no ocuparán cargos institucionales, cómo hoy en día, sino que responderán por los resultados obtenidos. Por ejemplo, un vicepromer ministro respondería por la reforma de viviendas, tal y como relata la fuente.
Los que corren peligro de perder su cargo, son los más antiguos. Entre los primeros en la lista aparecen el jefe del Ministerio de Situaciones de Emergencia, Serguéi Shoigú, y el ministro de Transporte Ígor Levitin. Se esperan también grandes cambios en el área energética. Según afirmaron a Forbes dos fuentes distintas simultáneamente, es probable que el gobierno le quite el apoyo a Ígor Sechin, actual viceprimer ministro. Un funcionario de alto rango que conversó con Forbes desde la Casa Blanca, afirmó que se trata de un requisito de Medvédev, que tiene roces con el más “putinista” de los viceprimeros ministros. Junto con Sechin, se iría también su protegido, Serguéi Shmatko, ministro de Energía.
Sechin siempre ha sido considerado cómo una de las personas más cercanas a Putin. En 2009 llegó a la cima de su carrera, ostentaba el cargo de viceprimer ministro y adelantó a Medvédev en el ranking anual que realiza Forbes sobre las personas más influyentes del mundo. Desde entonces la influencia de Sechin ha ido decayendo, bajando en 2010 al puesto 52º, y desapareciendo del ranking de 2011.
Por otra parte, en el esquema del poder actual no habrá lugar para el exministro de Finanzas, Alexéi Kudrin, debido precisamente a las relaciones personales. Según afirma la misma fuente, “Kudrin se aficionó demasiado al juego denominado 'Casa Blanca sin Medvédev'. Pero el gobierno no destituirá a Medvédev, es imposible. De modo que en el Kremlin no queda lugar para una persona de las dimensiones de Kudrin. ¿Cuál sería su función?” El exministro continuaría ocupándose de proyectos políticos de derechas, y seguramente entraría en contacto con el excandidato presidencial Mijaíl Prójorov.
Lo más probable es que de la única figura clave que se mantenga en el gobierno sea el viceprimer ministro Ígor Shuválov. Continuará respondiendo por la economía, ya que en estos últimos cuatro años ha estado ejerciendo en la Casa Blanca de “administrador”. Cómo segundo a bordo estaría Arkadi Dvorkóvich, un excolega suyo del Kremlin, así lo comunica la fuente desde el gabinete de ministros. Lo cierto es que Shuválov, el actual asesor del presidente y supervisor de los asuntos económicos, también quiere asumir nuevas funciones en el área de educación.
En gran medida, que la idea de los viceprimeros ministros como responsables de sus proyectos llegue a funcionar o no, depende en gran parte de personajes puntuales. Según Alexéi Volin, exviceprimer, la idea no es nueva. Según él, “no se puede decir que el complejo de viviendas comunales tenga que ver única y exclusivamente con el ministerio de Desarrollo Regional. También le incumbe al ministerio de Energía, a hacienda, al ministerio de Economía, al de Transporte y hasta al de comunicaciones. ¿Quien va a ser el mediador de los desacuerdos entre ellos?”
En una ocasión, un proyecto semejante, del que estaba a cargo el propio Medvédev fracasó. En aquel entonces Medvédev era miembro del gabinete de Mijaíl Fradkov, y aún siendo el siguiente en la escala de poder, se vio devorado por el sistema. Ninguno de los proyectos nacionales se llevó a cabo, debido a que cualquier iniciativa del apadrinado del Kremlin era saboteada por un “árduo trabajo grupal” del gabinete de Fradkov, recuerda otrora un alto funcionario de la Administración del Presidente. Por el repentino apego de algún funcionario a las normas burocráticas, los papeles se “atascaban” en la mesa de otro empleado, o dos días antes de salir del país por alguna situación oficial, el premier dejaba sin firmar algún documento. Los conocedores de la vida en la Casa Blanca relatan situaciones en las que los ministros no asistían a una cita con Medvédev, porque a la misma hora tenían otra reunión con el Primer Ministro, de la mano de los burócratas. Así mismo los ministros podrían sabotear a los viceprimeros ministros. Un funcionario anónimo comenta: “Cuando los viceprimeros ministros supervisan ministerios concretos, aparecen como altos jefes. Si Kozak o Shuválov emiten una orden, a los ministros se les presenta una opción: hacerle caso a uno e ignorar al otro. No olvidemos que el presupuesto lo regulan los ministerios. Es un esquema absolutamente inservible, no existen instrumentos efectivos”.
Tal y como supone Evgeni Mínchenko, del Instituto Internacional de Estudios Políticos, hay una manera más efectiva para reformar la estructura de una institución política: “Lo ideal sería deshacerse de los ministerios compuestos”.
Publicado originalmente en Forbes.
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