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La salida de Leonid Golubev, como embajador ruso de Bolivia, no se producirá con el mejor sabor de boca posible para el diplomático. Una de las grandes apuestas de su agenda ha sido la lucha contra el narcotráfico y en los últimos meses ha comprobado como el gobierno de Evo Morales se olvidaba de Rusia en el nuevo acuerdo sobre la lucha contra el tráfico de drogas que acaba de firmar con EE UU y Brasil. Y todo ello sin ningún tipo de explicación por parte de la Administración de Morales. Otro caso reciente en que el Gobierno boliviano se ha olvidado de Rusia ha sido la detención de seis personas supuestamente relacionadas con delitos de blanqueo de dinero y narcotráfico. Desde la embajada denuncian que estas detenciones deberían haber sido comunicadas por tratarse de ciudadanos rusos y que, además, al contrario de lo que se ha difundido el cabecilla de la banda ni siquiera es ruso.
“No puedo comprender por qué nosotros estamos fuera de esta lucha conjunta, porque no es sólo un caso de Bolivia, es una lucha internacional y nosotros tenemos experiencia”, afirmaba Golubev a primeros de marzo a la red de comunicación Erbol. Estas declaraciones las realizaba después de la firma del dicho acuerdo tripartito. Un acuerdo que, inexplicablemente para el diplomático, ignora la labor que Rusia realiza contra el narcotráfico en América Latina y los acuerdos existen con el gobierno de Evo Morales desde 2009. Además, Bolivia negocia un nuevo acuerdo con Colombia, tras la visita del presidente boliviano a este país latinoamericano el 15 de marzo.
Días antes, una delegación boliviana encabezada por el propio Morales, visitó Viena para exigir la despenalización del consumo de hoja de coca ante Naciones Unidas. Dentro de este viaje, el vicecanciller boliviano Juan Carlos Alurralde se reunió con diferentes delegaciones para conseguir su apoyo, entre ellas con representantes de Rusia. De momento, no ha trascendido el contenido de dicha reunión.
Tres años de relaciones inconclusas
En 2009, en el marco de una visita del presidente Morales a Rusia, el gobierno boliviano anunció en Moscú que este país sería su principal aliado para luchar contra el narcotráfico y firmó un acuerdo de trabajo conjunto. Sus dos objetivos principales eran la lucha contra las plantaciones ilegales de coca y el decomiso de narcóticos. Para ello, el Gobierno ruso otorgó un crédito de 250 millones de dólares al ejecutivo boliviano para la compra de helicópteros con radares detectores de aeronaves transportadoras de droga, vehículos y armamento moderno.
“El 10 de octubre de 2010 se celebró en Lima un encuentro de las autoridades latinoamericanas que están involucradas en la lucha contra el narcotráfico. Ahí participó nuestra delegación y se entrevistó con el viceministro [de Defensa Social] Felipe Cáceres y suscribió un plan de acción conjunta contra el narcotráfico. Según se comprometió Cáceres, nuestra delegación iba a ser invitada a venir a Bolivia para arrancar con el trabajo antidroga, pero todavía esa invitación no ha llegado y ha pasado más de un año”, denuncia el embajador Golubev. Pese a no haber tenido lugar la visita prevista para primavera de 2011y a haber quedado excluidos del acuerdo antidrogas, el embajador no ha dejado de tender la mano: “Hasta podemos construir algunas plantas donde se pueden fabricar aviones no tripulados que podrían luchar contra el narcotráfico. También hay otras ofertas importantes que se podrían aprovechar”.
Bolivia, una pieza más de la agenda rusa
Como informaba este mismo medio, el director del Servicio Federal de Control de Narcóticos, Víctor Ivanov, terminaba a principios de marzo una gira por México, Nicaragua, Salvador, Cuba y Panamá para establecer una cooperación en la lucha antidroga. Una de sus propuestas fue crear centros para la formación de policías en Centroamérica, en base a los programas rusos para los miembros de operaciones especiales. Lo que fue recibido positivamente por las autoridades de las respectivas organizaciones de cada país.
“Es necesario liquidar las siembras, sin utilizar métodos violentos, lo cual es posible a través de la organización y las mejoras de gestión socioeconómica, de la creación de infraestructuras que aseguren el acceso de la mayoría de la población a una calidad de vida acorde a las circunstancias actuales”, declaró Ivanov en México. En este sentido, Rusia realizará una propuesta para luchar contra el narcotráfico en la reunión del G 20 que se celebrará el próximo junio en México.
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