Foto de RIA Novosti
Es habitual pensar que Rusia es un país que depende completamente de la exportación de los recursos energéticos, siendo incapaz de producir algo por su cuenta. Este estereotipo está relacionado parcialmente con la naturaleza de los medios de comunicación en sí, en caso de que no sea prensa especializada, no está bien visto hablar de la apertura de una planta de fundición de acero en las noticias de las nueve de la tarde, ni escribir en una revista sobre los éxitos del sector farmacéutico.
Para equilibrar esta situación, al menos en Internet, se ha creado el portal “Hecho aquí”. Se trata de un recurso dedicado a las nuevas industrias rusas, a la modernización de la producción, a las innovaciones, a los descubrimientos y a los éxitos en los mercados internacionales.
El autor del proyecto es el entusiasta Román Kovríguin, informático de páginas web con diez años de experiencia y originario de Rostov el Don (ciudad en el sur de Rusia), aunque ahora vive en Moscú. En su blog en la plataforma Livejournal, Román habla sobre la industria rusa. Tras publicar una serie de artículos sobre los sectores prometedores de la industria de su país, estos se difundieron rápidamente a lo largo y ancho del Internet ruso (Runet). Román se dio cuenta de que lo que escribía iba más allá de su blog personal. De esta manera, en 2010 surgió el proyecto “Hecho aquí”, que apuesta por que sean los usuarios los que creen los contenidos. Es decir, cualquier persona que lo desee puede añadir un artículo o una noticia sobre la industria rusa.
El objetivo principal, tal y como lo define Román, consiste en volver a sentirse orgullosos de su país. “Sin orgullo y sin una fe en el futuro basada en los avances de Rusia, nos será difícil avanzar. Si no se ven resultados, uno se desanima y pierde las ganas de trabajar. Queremos demostrar que el resultado está ahí, que los esfuerzos no son en vano”, dice el informático.
Como ya se ha indicado, al principio Román era el único autor de la página web, pero con el aumento de la popularidad empezó a haber cada vez más información publicada por la comunidad. Ahora, según las estadísticas de la página, hay más de 500 colaboradores activos. En total, en la página entran 12.000 visitantes al día, índice que se ha duplicado en los últimos cuatro meses.
La información que aporta la comunidad es verificada por los propios participantes, mientras que su veracidad se confirma mediante fotos. La página web no publica ni material no comprobado ni publicidad. El proyecto se financia con las donaciones de los participantes, algo que permite cubrir las necesidades de mantenimiento. Román tan sólo se queja de la falta de tiempo, porque aparte de “Hecho aquí” sigue trabajando como informático.
Russia Beyond the Headlines ha entrevistado a Román Kovríguin y ha hablado sobre algunas cuestiones relativas a la industria rusa.
¿Qué cambios estructurales tienen que ocurrir en el país para que finalmente llegue a darse un cambio en el modelo económico, abandonando así “el camino de las materias primas”?
Este cambio tuvo lugar hace mucho tiempo. Es cierto que el petróleo y el gas son parte importante de nuestra economía, pero ¿qué hay de malo en ello? En nuestras condiciones climáticas y con nuestras distancias la extracción del petróleo es una tarea complicadísima. En Arabia Saudí el petróleo sale a presión. Aquí en Rusia, para extraerlo se necesita alta tecnología. ¿Cree que el petróleo mana de las tuberías así porque sí? No, para ello se utilizan estaciones de bombeo muy complicadas. La propia construcción de gaseoductos y oleoductos es, en nuestras condiciones, una tarea de ingeniería muy complicada. ¿Y la extracción en las plataformas árticas? Hace poco en Rusia se ha construido la plataforma Prirazlómnaya, resistente al hielo. Ningún país del mundo ha construido hasta ahora unas estructuras tan complicadas para trabajar en las durísimas condiciones árticas.
Sin embargo, hay que señalar que la parte del presupuesto ruso que corresponde a las materias primas sólo constituye un tercio de su economía, es decir, dos tercios de los beneficios generados no están relacionados con las materias primas. Desde hace ya algunos años, la dinámica del crecimiento del PIB es mayor que la de la parte relativa a las materias primas, la cual prácticamente no crece. Es decir, no estamos aumentando nuestra dependencia del petróleo, sino todo lo contrario.
Rusia es una potencia industrializada. Producimos cosas que muy pocos países del mundo son capaces de producir. Reactores atómicos, turbinas, motores de reacción, misiles, y tecnología espacial y militar. Pero si uno se asoma a las tiendas en EE UU, verá que están llenas de productos chinos. Vea dónde se fabrican los productos de las principales marcas. En China. Pero eso no quiere decir que EE UU o Alemania sean países productores de materias primas, porque aparte del mercado de consumo existe el mercado de los artículos industriales, y es el más importante, el estratégico. Nadie va a ver un reactor atómico ni un motor de barco en un supermercado.
¿Cuándo podrá producir Rusia productos de consumo competitivos para el mercado internacional, en vez de alternativas baratas para el consumo interno?
Ocurrirá cuando hayamos satisfecho la demanda de nuestro propio mercado. Ahora, aproximadamente la mitad de nuestras importaciones son de máquinas y equipamiento técnico, y como mínimo, la mitad de ellos son importaciones de inversión, es decir, lo que se invierte de los fondos básicos de las empresas: las líneas de producción, robots y máquinas. ¡Suponen decenas de miles de millones de dólares! Eso demuestra que el mercado interno todavía no está saturado con productos de alta tecnología. ¿Para qué vamos a vender fuera cosas que necesitamos aquí? El año pasado alcanzamos una cifra récord en la producción de coches en Rusia, aparte de importar millones de automóviles. Nuestros astilleros estarán saturados con encargos por muchos años, pero sigue existiendo una enorme necesidad de renovar la flota. El año pasado batimos un récord en construcción de aviones, pero hay que trabajar todavía muchísimo para renovar su flota.
En los últimos diez años, Rusia ha aumentado 2,5 veces sus exportaciones de productos tecnológicos. En el mercado tienen mucha aceptación nuestros láseres industriales, microscopios de escáner, simuladores para la conducción de barcos y equipamiento de navegación. Suministramos productos para Boeing y Airbus. Prestamos servicios de elaboración de software, a las oficinas de diseño de muchas grandes empresas que trabajan en Rusia. Vendemos maquinaria agrícola. Francia ha adquirido ya varias decenas de nuestros cohetes portadores Soyuz, etc. Además, Rusia sigue manteniendo una posición fuerte como el segundo país exportador de armamento del mundo.
¿Qué objetos producidos en Rusia utiliza?
A la hora de comprar cosas no me baso en el criterio “como está hecho en Rusia, me lo compro”. Me importa la relación calidad-precio. Gracias a Dios, nuestros productos son, en su mayoría, mejores que el resto precisamente desde este punto de vista. Tienen más calidad que los chinos, pero con un precio comparable, y son más baratos que los europeos, pero con una calidad también comparable.
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