Valentina Tereshkova celebró su 75 cumpleaños el 6 de marzo. Foto de Itar-Tass
Durante sus estudios y trabajo en una escuela técnica, Valentina se sentía muy atraída por el cielo. Se entrenaba en el club local de aviación y realizó 163 saltos en paracaídas. Después de los primeros vuelos de los cosmonautas soviéticos, Serguéi Koroliov, uno de los responsables del proyecto, tuvo la idea de enviar una mujer al espacio. Cuando empezaron a buscar candidatas por encargo de Nikita Jrushchev se dirigieron a algunos clubes aeronáuticos. Tereshkova fue una de las elegidas junto con otras cuatro candidatas.
"El esfuerzo que tenía que realizar el grupo femenino era aún mayor que el de los hombres”, recuerda Tereshkova, y señala que, en general, el sistema de entrenamiento en aquellos años era demasiado duro. La preparación para el vuelo se llevaba a cabo en condiciones de estricta confidencialidad. Incluso la madre de Valentina se enteró de que su hija estaba en el espacio a través de los periódicos.
Por su parte, los ingenieros encargados del diseño se referían a la cabina de la nave Vostok como la “lata de conservas”, debido al escaso espacio que tenía el cosmonauta para moverse con la escafandra. En aquel momento la ciencia médica no disponía de datos exactos sobre las consecuencias que podría tener para el organismo femenino el hecho de pasar tres días en el espacio.
En cualquier caso, el 16 de junio de 1963 millones de personas en la Tierra oyeron el nombre en clave de Tereshkova, Chaika (Gaviota), aunque el vuelo espacial que la hizo famosa estuvo a punto de acabar en tragedia. “En la nave había un error de cálculo: estaba orientada de tal manera que en vez de aterrizar, estaba programada para elevar la órbita. No habría podido volver a la Tierra, pero lo noté a tiempo, se lo comuniqué a los técnicos, que introdujeron los datos correctos y así pude aterrizar”, de esta manera Tereshkova reveló un secreto guardado durante muchos años.
Después de su vuelo, Chaika siguió entrenándose en el grupo de cosmonautas, pero dedicó la mayor parte de su tiempo al trabajo social. Su viaje espacial fue el primero y el último de su carrera, y en 1968 el grupo femenino de cosmonautas fue disuelto. El 22 de junio de 1963, la cosmonauta fue galardonada con el título de Heroína de la Unión Soviética, la orden de Lenin y la Estrella de Oro por orden de la presidencia del Soviet Supremo de la URSS, por realizar el vuelo con éxito y por la valentía y el heroísmo demostrados durante el mismo.
Cinco meses después de su hazaña, Tereshkova se casó con el cosmonauta Andrián Nikoláiev. Por aquel entonces se trataba de la persona que más tiempo había pasado en el espacio (cuatro días), y el primero en recibir permiso para soltarse de la silla y emprender un “vuelo libre”.
El mérito de Tereshkova ha sido reconocido con importantes condecoraciones, no sólo en la URSS y en Rusia, sino también en otros países. Es Ciudadana Ilustre de su ciudad natal, Yaroslavl, y de otras muchas ciudades del mundo. Tereshkova ha celebrado su cumpleaños en calidad de diputada de la Duma Estatal por el Partido Comunista de Rusia. Fue elegida en diciembre del año pasado. Por su parte, el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa, Kirill, ha galardonado a Valentina Tereshkova con la orden de la Gloria y el Honor, destacando “sus muchos años de esfuerzo dirigidos al desarrollo de la cosmonáutica pilotada”, así como la fructífera actividad pública y social de la primera mujer cosmonauta.
Mujeres en el espacio
En toda la historia de la cosmonáutica soviética y rusa, ha habido 18 mujeres que se entrenaron para el viajar al espacio. Además de Tereshkova, otras dos más acabaron lográndolo: Svetlana Savítskaya y Elena Kondakova. Sus vuelos también batieron récords. Svetlana Savítskaya fue la primera mujer en salir al espacio exterior, mientras que Elena Kondakova trabajó en la estación Mir durante 170 días junto a Alexánder Viktorenko y Valeri Poliakov. Hasta ese momento las mujeres nunca habían participado en expediciones tan largas. El vuelo de la cuarta mujer cosmonauta rusa está previsto para el 2013. Lo más probable es que sea Elena Serova la que cuente con la posibilidad de volar al espacio. Esta cosmonauta en pruebas presentó su solicitud para entrar en el grupo espacial hace siete años y desde entonces está esperando su turno.
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