Campaña en la calle, online y en los colegios electorales

Dibujo de Niyaz Karim

Dibujo de Niyaz Karim

La campaña electoral para las elecciones presidenciales se da en diferentes espacios: en la calle, en la red y hasta en los propios colegios electorales. Manifestaciones, redes sociales y observadores electorales han sido unas de las palabras clave del proceso.

Las marchas políticas por las calles de Moscú no son algo inusual. El movimiento juvenil Nashi, afín al Kremlin, es conocido por sus manifestaciones, los comunistas marchan tradicionalmente el 23 de febrero y el 7 de noviembre y los miembros de la oposición se reúnen simbólicamente cada día 31. Pero en diciembre de 2011, el significado de las protestas en las calles cambió completamente para los movimientos políticos rusos.

 

Después de que ciudadanos de a pie con diferentes ideas se manifestaran en contra de un posible fraude en las elecciones parlamentarias, la capacidad de convocatoria se ha convertido en un importante indicador de la popularidad de las diferentes plataformas políticas. El 10 de diciembre, el movimiento “Por unas elecciones justas y limpias” realizó una marcha en la plaza Bolótnaya a la que asistieron cerca de 30.000 personas. Dos días después, el gobierno hizo su primer intento y reunió varios miles de personas en la plaza Manezh de la capital. El recuento oficial hablaba de 25.000 personas aunque los asistentes hablaban de no más de 6.000. El 4 de febrero, las fuerzas a favor del gobierno se organizaron mejor y contrarrestaron con 130.000 manifestantes una nueva marcha de la oposición en la plaza Bolótnaya que contó con 120.000 participantes. También ha habido movilizaciones de los Comunistas y del LDPR. 

La lucha política por Internet

La naturaleza de las protestas es muy visible y constituye una herramienta atractiva para cualquier político, aun así los movimientos políticos también se están haciendo notar en la red.

En febrero del año pasado el activista y blogger Alexéi Navalni lanzó una camapaña en la red para  difundir sus ideas acerca de “el partido de pícaros y ladrones”. Las fuerzas pro Putin respondieron con calma: en mayo, Rusia Unida anunció que tenía planes para crear un grupo especial dedicado a trabajar en internet. Después, en agosto, Vasili Yakimenko, fundador del movimiento Nashi, sacó un  panfleto en el que pedía a sus partidarios que “aprendieran a manejar gente a través de las redes sociales” y “a promover una agenda de eventos relevantes independiente de la agenda federal”. En la víspera de las elecciones parlamentarias del 4 de diciembre, gran cantidad de medios críticos con el gobierno recibieron un ataque DDoS que les impidió informar con normalidad. La oposición optó por una respuesta asimétrica y distribuyó por la red numerosos documentos acerca de fraude electoral, acompañándolos de fotos y vídeos. Estos mensajes se convirtieron en los principales catalizadores de las protestas. 

Observadores: nuevo escenario

Las que protestan dicen que sobre todo quieren que haya transparencia, así que ahora las diferentes facciones compiten en un tercer escenario: el reclutamiento de observadores. A principios de febrero, en una reunión con jóvenes abogados deseosos de vigilar el proceso electoral, Putin enérgicamente aprobó sus intenciones “para que todo el país comprenda que las elecciones serán justas y sus resultados objetivos”.

Parece que los partidarios de Putin están dispuestos a que entre sus observadores haya representantes de la Liga de los Votantes y del partido Yábloko, mientras que la oposición recluta a sus miembros principalmente a través de la nueva web de Navalni, RosVibori. En caso de que las comisiones electorales intenten distorsionar los resultados, la oposición no se quedaría callada, pero el estatus de los observadores de Putin podría aportar un peso especial a sus conclusiones.

Si estos confirman que las elecciones han sido justas, al menos en algunos colegios electorales, las autoridades tendrán un argumento de peso en la disputa acerca de la legitimidad de las elecciones.

Dmitri Kamishev es un columnista de política en la revista de análisis Kommersant Vlast.

Artículo publicado originalmente en Kommersant.ru

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