Silene stenophylla. Foto de AP
Las semillas de Silene stenophylla se encontraron en la orilla del río Kolima en Siberia. Se habían conservado bajo el permafrost, la capa de hielo permanente que se da en regiones muy frías como Alaska y la propia Siberia, a una temperatura de -7ºC y a 30 metros de profundidad. Los científicos encontraron la madriguera de una ardilla que había escondido los frutos y que acabó por convertirse en una nevera natural perfecta.
Posteriormente, a través del cultivo de tejido de las semillas encontradas, regeneraron varias plantas. Se cultivaron en macetas en un laboratorio y un año después han dado sus primeros frutos, con las mismas características genéticas que la antigua Silene stenophylla. La variante actual de la plante tiene una carga genética distinta.
El trabajo se ha publicado en la revista PNAS, donde se asegura que ésta es, por decenas de siglos, la planta más antigua llevada a la vida. Los autores creen que su logro servirá para estudiar la evoulción de las plantas. Además, las semillas se conservarán en la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, el mayor almacén de la biodiversidad de plantas del mundo.
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