Dudas ante las misiones a Marte

Dibujo de Niyaz Karim

Dibujo de Niyaz Karim

La NASA ha recortado considerablemente el presupuesto para sus misiones a Marte. La colaboración internacional en este ámbito es necesaria, por lo que otras agencias replantean sus objetivos en el Planeta Rojo.

Durante la segunda parte de febrero se conocerá el presupuesto que la NASA solicitará para el año fiscal 2013. Sin embargo, antes de que el presidente Obama presente la solicitud , ya se sabe que el programa planetario sufrirá serios recortes. La semana pasada anunciaron que la agencia abandonará el proyecto euro-estadounidense ExoMars. Mientras los ciudadanos se preguntan qué vendrá después, otras agencias espaciales debaten acerca de las futuras perspectivas de la exploración planetaria. 

¿Es todavía Marte un objetivo para Rusia?

Mientras que la participación de la NASA en ExoMars está en duda, la ESA (Agencia Espacial Europea) ha empezado las negociaciones con la Agencia espacial rusa, Roscosmos, sobre la posible participación de Rusia en la misión. El objetivo inicial consistía en sustituir el lanzador de cohetes American Atlas V por cohetes rusos. En el año 2011 no se informó acerca del resultado de estas negociaciones. Mientras tanto, la tragedia de Phobos-Grunt y las incertidumbres globales del programa planetario ruso complican más la situación.

Anteriormente, en el año 2002, el observatorio europeo INTEGRAL X-ray se lanzó con un cohete ruso, el Protón, y los científicos rusos contaron con un 25% del tiempo de observación. No obstante, no se ha encontrado un esquema tan eficaz para el proyecto ExoMars, ya que la parte más importante de la expedición corresponde a los instrumentos que determinarán el conjunto de experimentos en la superficie marciana. Por lo tanto, en las negociaciones actuales  se tratará inevitablemente la cuestión de la participación rusa en la carga útil.

Como el programa ruso es más bien experimental, un programa conjunto podría llegar a ser una buena decisión, ya que lo científicos rusos tendrían una buena oportunidad para estudiar Marte después de más de veinte años de espera. Sin embargo, todavía queda abierta la cuestión de la repetición de Phobos-Grunt, y entonces la cuestión del coste cobra importancia. Si el presupuesto espacial ruso (y también la industria espacial) pueden asumir un gasto doble, es una cuestión que hay que considerar con mucha precaución.

 

Lo más probable es que, en consecuencia, el proyecto de Júpiter quede aplazado. Como no hay un orbitador de la NASA para Europa que pueda trazar un mapa de la superficie europea, el plan inicial ruso de aterrizar en este satélite de Júpiter se vuelve demasiado aventurero. Si la ESA decide seguir adelante con la nueva misión JUICE de investigar los satélites Ganímedes y Calisto, con  esporádicos sobrevuelos de Europa, Rusia tendrá que cambiar sus planes y dedicarse al menos interesante pero más estudiado Ganímedes.

Los dos proyectos se someterán a un análisis riguroso en el futuro próximo, del mismo modo que la pérdida de Phobos-Grunt provocó que una revisión del programa planetario ruso, y del relativo a Marte. La decisión de la NASA de abandonar el proyecto puede ser  crucial en esta revisión. Seguid atentos.

El Planeta Rojo, abandonado

La noticia de los recortes del presupuesto estadounidense no ha surgido de la nada. Al contrario, se esperaba que algunos proyectos espaciales fueran sacrificados. No obstante, el hecho de que la parte más exitosa del programa espacial estadounidense se llevará un fuerte golpe se ha convertido en una desagradable sorpresa para muchos, incluso fuera de EE UU. Aunque en otoño de 2011 se discutía de una forma más o menos abierta acerca de la posibilidad de renunciar al proyecto ExoMars, los responsables decidieron esperar hasta que se anunciara el presupuesto para el 2013.

El presupuesto del programa planetario de EE UU puede sufrir un recorte de 300 millones de dólares, de los cuales 200 millones corresponderían al programa de Marte. Por lo tanto, el coste total del programa será de 1.200 millones en vez de los actuales 1.500 millones, con una reducción a 1.000 millones para el año 2017. El coste actual del programa de Marte es de 581,7 millones de dólares. Está previsto que dentro de poco el administrador de la NASA, Charles Bolden, ofrezca una rueda de prensa sobre el presupuesto de la agencia para el año fiscal 2013.

Lo más probable es que los recortes afecten al proyecto ExoMars, que ya ha tenido una larga e  incierta historia. En un principio se inició como un proyecto en solitario de la ESA, aunque posteriormente se convirtió en una expedición conjunta entre la ESA y la NASA, con dos lanzamientos en 2016 (un Orbitador Trace Gas para estudiar la atmósfera marciana), y en 2018 (al principio se planearon dos vehículos pero debido a los costes sólo se quedó en uno).

Por lo tanto, el único proyecto relacionado con Marte, sin contar el “terrestre” Laboratorio Científico Marte, que sigue en la órbita actualmente, es el orbitador MAVEN que va a estudiar la atmósfera marciana, la ionosfera, y sus interacciones con el viento solar (se lanzará en el 2013). No hay planes para nuevos vehículos de exploración ni muestras de misiones de regreso, que podrían haber seguido a la realización con éxtio de ExoMars.

Sin embargo, Ed Weiler, exjefe de la misión científica de la NASA (que renunció en septiembre de 2011) calificó de “irracional” la decisión de recortar el programa del Marte. Él mismo lo había calificado como “una de las joyas de la corona de la NASA”.

Por cierto, el año pasado la NASA también se retiró de la misión Misión Jupiter Europa (EJMC), que también era un proyecto conjunto entre la ESA y la NASA, con posible participación rusa y japonesa. Actualmente, la agencia europea vuelve a evaluar la viabilidad y el escenario general de la misión, rebautizada JUICE.

Artículo publicado originalmente en: http://english.ruvr.ru/2012/02/13/65959965.html

 

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