Fotograma de Voces Espirituales. Cedida por el MACBA
Las estancias blancas, iluminadas y soleadas de este edificio acristalado del barrio del Raval de Barcelona se han convertido en cajas negras para poder proyectar las tres películas que forman parte de la Colección MACBA desde 2004 (“Sueño de un soldado”, “Voces espirituales” y “Confesión”), así como “La elegía de un viaje”, la primera producción del cineasta pensada precisamente para ser expuesta. En total, 10 horas de filmación que desbordan incluso el horario del museo. Eso sí, hay tiempo para disfrutarlas: hasta el 20 de mayo.
El conservador jefe del museo barcelonés, Carles Guerra, recuerda que Sokurov es hijo de militar y que pasó toda su infancia y juventud en instituciones de las fuerzas armadas rusas, por lo que en estas películas no muestra una visión crítica ni negativa de ellas, sino que más bien explica la vida cotidiana en el frente ruso.
Pero “la voz nostálgica, reflexiva” del director ruso “no sólo nos habla de la guerra” en estas películas, sino también de “la identidad rusa” y de “la condición humana”, afirma Guerra y añade que Sokurov “no explica, sino que vive la realidad”, como lo demuestra el hecho de que el film “Voces espirituales. De los diarios de guerra” es el fruto de seis meses de rodaje en la frontera entre Afganistán y Tayikistán, en los que el equipo experimentó el calor sofocante y el frío más intenso. Por su parte, “Sueño de un soldado” es una pieza breve de 10 minutos extraída de “Voces espirituales”.
Concebidas como series de televisión, estos filmes “se convierten en auténticas obras pictóricas” que incluso hacen que nos olvidemos de que aquello que se está filmando es una guerra, especialmente, en el caso de “Elegía de un viaje”. Este documental es un recorrido onírico que parte de los lugares comunes de la filmografía de Alexánder Sokurov y desemboca en el museo Boijmans Van Beuningen de Rotterdam.
Finalmente, se proyecta “Confesión. Del diario del comandante”, película en la que el cineasta siberiano utiliza la cámara para transformar a personas reales –en este caso, oficiales de marina- en personajes y nos muestra su sumisión, su falta de libertad, el aislamiento y la monotonía de su rutina diaria.
Colaboración institucional
La exposición del MACBA se presenta en colaboración con otras dos instituciones ubicadas en el barrio del Raval de la capital catalana: el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), que expone estos días la muestra “Pantalla global” y la Filmoteca de Catalunya, que en breve (tan pronto como puedan acabar las obras que han de permitir abrir la nueva sede) ofrecerá un ciclo con 12 largometrajes de ficción del director ruso, desde “Dolorosa diferencia” hasta “Alexandra”. Las proyecciones, por cierto, coincidirán con el estreno en España de “Fausto”, flamante ganadora del León de Oro en la última edición del Festival de Venecia.
El director de la filmoteca, Esteve Riambau –quien recordó que esta institución ya programó en 2009 una retrospectiva con todos los documentales de Alexánder Sokurov- dijo que a nadie le ha de extrañar que el director ruso se exponga en un museo, ya que en su obra, las referencias pictóricas –como también las históricas- son una constante y puso como ejemplo de ello, “El arca rusa” o “Piedra”.
En cuanto a la comparación que a menudo se establece entre Sokurov y Tarkovski, Riambau afirmó que el siberiano “va más allá”, puesto que empieza a rodar en los años 70, es decir, surge de la URSS y luego recorre toda la transición hasta llegar a la actualidad con una obra muy amplia, diversa y variada que nos ayuda a entender a Rusia desde Occidente.
Junto con la exposición, el MACBA ha programado diversos actos paralelos, como los visionados de “Confesiones” y “Voces espirituales”, acompañados de una charla; presentaciones de la exposición y una conferencia sobre el cine de Sokurov a cargo del cineasta Albert Serra.
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