Reforzar la legislación migratoria

En respuesta a la iniciativa del primer ministro Vladímir Putin para comenzar el proceso de reforma de la inmigración, el Servicio Federal de Migración de Rusia (SFM) ha propuesto un plan para imponer responsabilidad penal a los empresarios que contraten inmigrantes en situación irregular y les den alojamiento.

Julia Yajina, directora del departamento de migración en el despacho de abogados LEVINE Bridge, extendió la propuesta. “Actualmente, organizar la inmigración ilegal está considerado un crimen. Los empleadores que den trabajo a un ciudadano extranjero sin la documentación requerida, se enfrentan a una sanción administrativa de 800.000 rublos (unos 20.000 euros),” dijo Yajina. “En los casos más graves, se podrá suspender su actividad. Hoy en día, la cuestión de reforzar la legislación sobre inmigración está entre las prioridades de la agenda gubernamental.”

En particular, el jefe de SFM, Konstantín Romodanovski, procurará hacer cumplir la obligatoriedad del registro. Todos los extranjeros que entran a Rusia tienen que registrarse, pero muchos inmigrantes, incluso entre los que entran al país legalmente, obtienen inscripciones falsas y no viven donde están registrados.

Según datos de SFM, en la actualidad unos 260.000 inmigrantes viven con falsos registros. Romodanovski tiene planes de hacer un seguimiento más exhaustivo de los inmigrantes y si hay casos de registro en una dirección falsa, serán incluidos en una lista de busca y captura a nivel federal.

En una entrevista realizada en la radio BusinessFM, Lidia Grafova, miembro de la comisión federal de política migratoria, dijo que actualmente residen en Rusia alrededor de seis millones de inmigrantes. “Nuestro país se encuentra en el segundo lugar con el mayor número de inmigrantes después de Estados Unidos”, señaló.

Al mismo tiempo, según una encuesta organizada por PricewaterhouseCoopers, Rusia ocupa el puesto número  treinta en una lista de países donde los extranjeros quieren trabajar. La otra parte del plan de Putin obliga a los inmigrantes a pasar un examen de lengua, historia y cultura rusas, lo que les desanimará aún más.

Los expertos consideran que la situación se complica ya que los inmigrantes en Rusia se dividen en dos categorías principales. Por un lado, los inmigrantes de baja cualificación y por otro, los especialistas con altas calificaciones. “Actualmente, la legislación migratoria pone gran cantidad de trabas burocráticas  que complican el establecimiento de convenios entre las empresas rusas y los ciudadanos extranjeros,”apuntó Yakhina. No obstante, las empresas rusas valoran a los inmigrantes que, a pesar de las dificultades, quieren mudarse a Rusia. “Como las empresas aprecian la colaboración mutua, prefieren pasar por la pesada burocracia migratoria de una manera paciente, para así legalizar la actividad laboral de los empleados extranjeros,”añadió Yajina.

Lo que le preocupa es la propuesta de exigir a los inmigrantes hacer los exámenes. “La reciente idea de Putin se considera una herramienta para resistir la inmigración ilegal,” declaró Yajina. “Sobre todo los de las ex repúblicas soviéticas. Sin embargo, la nueva ley, si la aprueban, se extenderá no sólo a los ciudadanos de CEI, sino también a los de la UE, EE UU y otros países.”

Yajina considera  “progresista” en el contexto cultural el paso adoptado por Putin, ya que disminuirá considerablemente las diferencias entre los miembros  de los diferentes países que elijan ir a Rusia para vivir o trabajar. “A largo plazo, tendrá como resultado una mayor tolerancia entre los inmigrantes y los rusos,” dijo. “Es poco probable que esta medida sorprenda a los ciudadanos de otros países con conocimientos sobre los estándares culturales y políticos del mundo actual, conviene recordar que los países occidentales también tienen una serie de estrictos requisitos, entre los que se incluye el conocimiento obligatorio de la lengua del país de destino”.

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