"Hay una reducción del suministro", indicó
OMV, que fijó esa caída en torno al 30 %, debido a que el aumento del
consumo no ha sido correspondido con un aumento paralelo de los envíos.
Así, el problema no es que Rusia haya recortado sus envíos, sino el aumento de la demanda, matizó OMV.
Representantes de la distribuidora austríaca aseguraron que las
reservas, de hasta 2.400 millones de metros cúbicos de gas, y la
producción propia de carburante garantizan el suministro al país incluso
si la crítica situación se mantiene durante días.
En
Eslovaquia, la empresa SPP indicó hoy que la llegada de gas ruso se ha
reducido un 30 %, pero que hay reservas suficientes para garantizar la
demanda durante seis meses.
La empresa aseguró que la actual
situación no tiene nada que ver con lo ocurrido en 2009, cuando un
conflicto de tarifas y pagos entre Rusia y Ucrania cortó totalmente el
suministro de gas.
En Hungría, la oficina de prensa de la
distribuidora E.on informó de que en los últimos días ha llegado menos
gas ruso, aunque no especificó en cuánto disminuyó la cantidad y aseguró
que Hungría cuenta con reservas de gas para 60 días.
Al
respecto, el primer ministro, Viktor Orbán, dijo hoy a la radio pública
que el suministro de gas en Hungría "no está en peligro".
Por
su parte, la República Checa volvió a registrar hoy pequeños descensos
en el suministro de gas ruso, aunque la entrega al consumidor final no
revistió complicaciones.
"De nuevo, registramos pequeños
descensos frente a los abastecimientos normales", informó a Efe Martin
Chalupsky, portavoz de RWE-Transgas.
"Las entregas a la
República Checa y a los clientes de RWE funcionan sin ninguna
complicación", tranquilizó el portavoz de la empresa.
RWE afirma que, con las reservas actuales, es capaz de mantener el abastecimiento sin problemas hasta el final de la temporada de calefacción. EFE
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