Visados más ágiles

La oficina de Central de Visados Rusos en la avenida de Roma de Barcelona. Foto de Maite Montroi.

La oficina de Central de Visados Rusos en la avenida de Roma de Barcelona. Foto de Maite Montroi.

La posibilidad de viajar de España a Rusia o de Rusia a España sin la molestia de la tramitación del visado es por ahora un sueño que anhelan los viajeros habituales de esta ruta. El gobierno ruso se mostró públicamente dispuesto a suprimir el requisito del visado a través de un acuerdo de reciprocidad con los países de la Unión Europea, pero finalmente y tras meses de deliberaciones, fue la UE quien se negó a ello, por el temor a que una oleada de ciudadanos rusos invadiera los países occidentales en busca de trabajo y mejores condiciones de vida.

Vista la crisis económica y monetaria que están padeciendo los estados de la Unión y el récord de desempleo que registran (con España como líder destacado de este triste ranking), quizás de producirse ahora la supresión del visado, -espero que me permitan la ironía- la oleada de ciudadanos en busca de una vida mejor se produciría en sentido inverso, de oeste a este.

Fuera como fuere, las autoridades rusas y las españolas han coincidido en la necesidad de agilizar al máximo los trámites para los viajes de un estado a otro, coincidiendo con un aumento sostenido de viajeros. Este verano Rusia Hoy ya informó de que el Consulado General de España en Moscú reforzó la plantilla de trabajadores en previsión del incremento de turistas rusos en España en una temporada que ha sido de récord.

De hecho, los visados de turistas rusos crecieron un 58,6% este verano respecto al año anterior. Los mayores aumentos se produjeron en los viajes con destino a Mallorca (79%), la Costa del Sol (72%), la Costa Brava (68%) y Tenerife (59%).

Del lado ruso, la fórmula utilizada ha sido autorizar a una empresa privada la apertura de dos oficinas en Barcelona y en Madrid que sirven como refuerzo a los consulados en estas dos ciudades. Así, las personas que lo deseen pueden elegir si tramitan su visado en el consulado (donde, por cierto, les resultará 30 euros más barato) o en la Central de Visados Rusos, donde se encontrarán con un horario de atención mucho más amplio (de 9 de la mañana a 8 de la tarde) y con una tramitación “más ágil”. Así lo sugiere la misma página web del consulado ruso en Barcelona. Las que no pueden elegir son las agencias, que sólo pueden acudir a las nuevas oficinas, ya que el consulado no acepta intermediarios.

“Ahora el tiempo que se tarda en hacer el trámite es más estricto” explica el director de la Central de Visados de Barcelona, Carlos Lloveras, quien añade que, con la apertura de estas dos oficinas, “pretendemos poner los mínimos obstáculos posibles, de manera que el que quiera viajar a Rusia no pueda decir que no va por culpa del visado”. Y para los temerosos del papeleo, asegura que, para obtener el visado, sólo se requieren tres documentos: pasaporte, seguro de viaje e invitación. “Realmente el consulado está poniendo muchas facilidades”, concluye.

Sobre todo, turistas y empresarios

¿Y quién son los clientes de esta Central de Visados que está a punto de cumplir un año? En primer lugar, los turistas. Este tipo de visado se concentra en los periodos anteriores a Semana Santa y verano. Los turistas españoles viajan sobre todo a Moscú y San Petersburgo y tienen debilidad por los cruceros.

En segundo lugar, están las visitas de negocios. A diferencia de los viajes por placer, se extienden por toda la geografía rusa, hasta lugares “casi inimaginables”, declara Lloveras. Estos viajes se realizan durante todo el año, aunque existe una mayor concentración cuando hay ferias importantes, sobre todo del sector inmobiliario y de artículos de lujo. Otros van invitados por empresas rusas.

Mucho menos numerosos son los visados por visita privada, pero también los hay, sobre todo en Navidades y en temporada baja. Se trata de rusos (sobre todo) o españoles que van a Rusia a ver a sus amigos, familiares o pareja. Son más o menos un 10% del total, un porcentaje similar al de los padres adoptantes, que (a pesar de las restricciones del gobierno ruso) siguen yendo a este país a buscar a sus hijos. “Merecen toda nuestra atención”, recalca el director de Central de Visados en Barcelona. Y finalmente, también hay persones que viajan a Rusia por estudios o porque han encontrado un trabajo.

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