Las discrepancias comenzaron con la llegada
en octubre de un nuevo presidente al Rubín, Dmitri Samarenkin, quien
nada más asumir el cargo advirtió que la continuidad del antes intocable
Berdíev dependía de los resultados.
Berdíev se queja de la
falta de refuerzos del equipo, mientras los tres primeros clasificados,
Zenit, CSKA y Dinamo han fichado varios jugadores contrastados con
vistas a la reanudación de la liga en marzo.
Por si fuera
poco, uno de los pilares del equipo, el ecuatoriano Christian Noboa, que
militó durante las últimas cinco temporadas en el Rubín, fue traspasado
la pasada semana al Dinamo Moscú.
Con vistas a la
eliminatoria de la Liga Europa ante el Olympiakos, Berdíev no podrá
contar con el brasileño Carlos Eduardo, que sigue enfrascado en una
interminable racha de lesiones, mientras el paraguayo Nelson Valdez es
duda.
El Rubín, que en los últimos meses ha intentado cambiar
su ultradefensivo estilo de juego por otro más atractivo, es actualmente
quinto clasificado en la liga a 10 puntos del líder, el Zenit.
Berdíev, que se hizo famoso por su costumbre de encomendarse a Alá y
sentarse en el banquillo deslizando sus dedos por las cuentas de un
rosario musulmán, es uno de los pocos entrenadores que ha logrado poner
contra las cuerdas en varios partidos al Barcelona, campeón del mundo y
de Europa.
Bajo su mando, el Rubín conquistó el mismísimo Camp
Nou en octubre de 2009 (1-2), victoria en la Liga de Campeones que dio
la vuelta al mundo y que corroboró con un empate sin goles dos semanas
después ante Messi y compañía.
Un año después volvió a frenar al equipo entrenado por su admirado Guardiola (1-1) en un encuentro disputado en Rusia.EFE
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