Eso se refiere a que allí Rusia Unida, el
partido del primer ministro, Vladímir Putin, logró el cien por cien de
los votos, con una participación del cien por cien de los electores.
Klimek recurre al mundo del fútbol para hace entender mejor el
alcance del fraude en esos colegios manipulados: "Es tan probable como
si un equipo gana el 5 por ciento de sus partidos con un marcador de 100
goles a cero", asegura en declaraciones a Efe.
Los datos
analizados por los científicos austríacos indican además que el fraude
electoral en Rusia parece crecer en intensidad de elección en elección.
En los comicios de 2003 y 2007, las manipulaciones afectaron en torno
al 30 por ciento de los colegios electorales, mientras que el
porcentaje de "fraudes extremos" fue "sólo" del 1 por ciento hace nueve
años y del 4 por ciento hace cinco.
Con estas manipulaciones,
que según Klimek se deben al llamado "ballot stuffing", es decir, llenar
las urnas con papeletas antes del comienzo de los comicios, el partido
de Putin consiguió en diciembre casi el 50 por ciento de los votos y una
mayoría absoluta en el Parlamento, lo que causó una ola de protestas
ciudadanas en el país.
"Si esto se hace sistemáticamente, en
los distritos afectados aumenta la participación y el apoyo a un cierto
partido, mientras que los demás partidos siguen en su nivel normal",
explica el físico austríaco, quien realiza sus investigaciones en el
centro estadístico de la Universidad de Medicina de Viena.
Según los cálculos de su equipo, en condiciones regulares, el partido de
Putin habría conseguido sólo entre el 30 y 35 por ciento de los votos
en las últimas elecciones.
El estudio de Klimek y sus colegas
analiza el recuento oficial de elecciones celebradas en los últimos diez
años en España, Finlandia, el Reino Unido, Austria, Suiza, Estados
Unidos, Rusia y Uganda.
En el país africano, Yoweri Museveni,
en el poder desde 1986, ganó en febrero del año pasado las elecciones
presidenciales gracias a manipulaciones en el 45 por ciento de los
colegios, lo que le ayudó llegar al 68,3 por ciento de los votos.
El estudio, escrito por tres investigadores austríacos y uno ruso, se
titula "No es la votación lo que hace la democracia, es el recuento:
detección estadística de irregularidades sistemáticas en elecciones", y
será publicado en los próximos meses en una revista científica
internacional.
Este título alude aparentemente a una famosa
frase atribuida al dictador soviético Iosif Stalin: "No importa cómo se
vota, sino quién hace el escrutinio".
"Nuestro objetivo es
ofrecer a observadores internacionales en procesos electorales una
herramienta para poder detectar rápidamente manipulaciones en unos
comicios", asegura Klimek.
Eso sí, el investigador reconoce que el modelo elaborado no sirve como "prueba" para casos de supuesto fraude electoral, ya que sólo ofrece un cálculo estadístico. EFE
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