Foto de AP
Sharapova salió muy concentrada al duelo fraticida ruso de cuartos de final, asumiendo su papel de favorita, llevando la iniciativa del juego y sin hacer concesiones a la galería. Firmó un total de 26 golpes ganadores para una clara victoria 6-2 y 6-3 en 86 minutos de partido. Esta vez se impuso la lógica y Makarova no pudo romper los pronósticos por tercera vez en el torneo (tras eliminar a Zvonaerva y a Serena Williams en las rondas previas). De todas formas, su trayectoria en Melbourne ha sido brillante y, además de ascender unos cuantos puestos en el ránking mundial (desde el nº 56 que ocupa actualmente), le valdrá unas cuantas ‘wildcards’: invitaciones para torneos para los que no estaría clasificada directamente por ránking, por ejemplo, los del Grand Slam.
La rival de Sharapova en semifinales será la checa Petra Kvitova, nº 2 del ránking mundial. El partido no podría tener más alicientes. Por una parte, la siberiana querrá ‘vengarse’ de su verdugo en la final de Wimbledon del año pasado. Pero, es que además, Kvitova fue también verdugo de Rusia en la final de la Copa Federación del pasado noviembre. Kvitova ganó sus dos puntos en aquella serie con los que la República Checa robó el título en Moscú (2-3). Aunque Sharapova no pudo disputar aquella final (sí estará, por cierto, la semana que viene en la eliminatoria de primera ronda que enfrenta a Rusia y a España), cierto ánimo de revancha pesará seguro en el ambiente y el pique personal entre ambas tenistas es público y notorio (sólo hay que leer sus declaraciones entre líneas).
Las cuentas por el nº1 del ránking WTA
Por otra parte, estará en juego el nº 1 del ránking mundial, después de que la actual líder de la clasificación, la danesa Carolina Wozniacki, abriese la puerta al caer derrotada en cuartos de final ante la belga Kim Clijsters. Las cuentas no son del todo sencillas, pues tanto Kvitova (nº2), como la bielorrusa Victoria Azarenka (nº3, jugará la otra semifinal contra Clijsters) y Sharapova (nº4), tienen opciones de terminar el Open de Australia al frente de la lista. Wozniacki cuenta con 7.085 puntos en su haber. Kvitova tiene 7.690 si cae en semifinales, 8.190 si lo hace en la final o 8.790 si conquista el título. Azarenka, por su parte, suma 7.485 puntos (semifinales), que podrían ser 7.985 si juega la final o 8.585 si gana el torneo. Por último, Sharapova, ahora con 7.060, alcanzaría 7.560 si llega a la final y 8.160 si es campeona. Resumiendo, las cuentas de Sharapova son claras: será nº1 del ránking sólo si gana el torneo.
“Ella es el rival a batir ahora mismo. Juega con mucha confianza y está realizando el mejor tenis del circuito”, comentó la rusa sobre Kvitova, su próxima rival, en una entrevista a pie de pista justo después del partido de cuartos. “Entiendo que para otras jugadoras que no lo han alcanzado nunca sí sea la prioridad, pero yo ya fui nº1 del ránking y mi principal objetivo ahora es ganar este Grand Slam. El ránking es sólo una consecuencia de los resultados“.
No es que nunca se hubiese ido (todavía es muy joven), pero tras dos años de zozobra y problemas físicos (2009 y 2010), Sharapova regresó a la gran élite la temporada pasada. Sin embargo, no pudo ganar ningún Grand Slam que certificase ese retorno. Por eso, este título en Australia es casi una obsesión, todo lo que le separa del cetro del tenis femenino mundial: “Ha sido un largo camino hasta llegar a este punto. Nunca olvidas lo difícil que ha sido y todo lo que has pasado hasta volver. Sentía que podia haber conseguido más y es por eso que he regresado”.
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