El programa de Putin

Foto de Reuters / Vostock Photo

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Según el propio Putin, el documento no está terminado todavía. “Se trata de un programa de base, es decir, son sugerencias de nuestros ciudadanos relativas a prácticamente todos los ámbitos”, escribe en el prólogo del documento publicado el 12 de enero en su página web. A partir de ahora, el programa será perfilado por los expertos.

Según  Dmitri Peskov, portavoz de Putin, el primer ministro escribió el programa durante las vacaciones navideñas “basándose en las sugerencias de los ciudadanos de todas las regiones del país” y recogiendo “la nueva filosofía relacionada con un mundo cambiante”.

En el programa no se menciona ni una sola vez al partido Rusia Unida, que fue la que propuso formalmente la candidatura de Putin para la presidencia. Muchos analistas predijeron que durante el período electoral el primer ministro se distanciaría del “partido en el poder”, comprometido a los ojos de los electores por el fraude en las elecciones de diciembre del año pasado. Al parecer, tenían razón.
En el primer capítulo del programa, titulado “Resultados de una década y desafíos futuros”, Putin recuerda los males que Rusia había heredado de la URSS y los que surgieron en los “turbulentos años 90”, así como el hecho de que muchos de estos males han sido superados. Vuelve a afirmar que ha sido “la estabilidad política lograda” la que “nos permitió tener un período de crecimiento económico”. Y con éste, la capacidad adquisitiva de la población, la reducción del desempleo, de la inflación y de la mortalidad. Putin no menciona los altos precios de los hidrocarburos como un factor de crecimiento económico.

“Hemos entrado en el club de países que tienen un rápido desarrollo”, escribe Putin. “A partir de una economía medio destruida, como la de los años 90, Rusia ha pasado a ser la sexta economía mundial”. Aunque también admite que “Rusia se queda atrás respecto a los países líderes en cuanto a productividad laboral y eficiencia energética, dos o tres veces menor”. La receta que propone para combatir este retraso no es nueva: “la modernización de la economía y el aumento de la actividad empresarial”.

El capítulo titulad “La espiritualidad y la unión del pueblo ruso”, está dedicado a los medios de comunicación e Internet. Reconociendo la importancia cognitiva y didáctica de estos medios, Putin promete “luchar contra los intentos de utilizar el espacio informativo para hacer propaganda de la crueldad, el nacionalismo, la pornografía, la drogadicción, el tabaco y el alcoholismo”.
El candidato a la presidencia ha dedicado mucha atención al desarrollo regional. Promete que el centro federal ayudará a las regiones. Sin embargo, no confirma la idea de restablecer la elección directa de los gobernadores propuesta por el presidente Dmitri Medvédev.

Una parte importante del programa se dedica a cuestiones relacionadas con la vivienda y los servicios a la comunidad. Precisamente este tema fue el que más preguntas suscitó durante la aparición televisiva de Putin en diciembre del año pasado. “En este ámbito se han acumulado muchos problemas, mientras que hay pocas responsabilidades”, admitió. Según él, la resolución de estos problemas pasaría principalmente por “crear condiciones favorables para atraer inversiones privadas al sector”.

La idea central de la parte económica del programa consiste en hacer crecer las inversiones “al menos, hasta el 25% del PIB para mediados de la década, en comparación con el 20% actual.” Para ello, Putin promete, favorecer particularmente el desarrollo del sector energético, la industria transformadora,  la agricultura y, por supuesto, las telecomunicaciones, las biotecnologías y otros sectores de alta tecnología. El candidato a la presidencia garantiza a los empresarios “la protección ante cualquier tipo de atentados contra la propiedad privada”.

“Será la reducción de los tipos de interés lo que servirá de estímulo para las inversiones en la economía real”, escribe Putin.  “Conseguiremos este objetivo, en primer lugar, controlando la inflación y desarrollando el mercado financiero nacional gracias a los instrumentos del llamado 'dinero a largo plazo'. El año pasado, según los datos de la Agencia Rusa de Estadística Rosstat, la inflación fue del 6,1%, “la menor tasa desde 1991”.

Además, también promete apoyar a los exportadores de mercancías con un alto grado de transformación y estimular la innovación “para conseguir avances cualitativos en la economía y aumentar la competitividad nacional”.

Según el contenido del capítulo del programa dedicado a los asuntos internacionales sigue siendo prioritaria la actividad en el territorio de la antigua URSS. “La Unión Aduanera de Rusia, Bielorrusia y Kazajistán ya está en funcionamiento. Desde 2012 se va haciendo realidad el Espacio Económico Único que supone un nivel más alto de integración. Seguiremos avanzando hacia la creación de una Unión Euroasiática que será la encargada de abrir una nueva etapa en las relaciones dentro del espacio post-soviético”, escribe.

En otros países, pretende ampliar la influencia económica y cultural de Rusia, así como proteger los intereses políticos y económicos del país.

“Las acciones unilaterales de nuestros socios que no tengan en cuenta la opinión y los intereses de Rusia, serán valoradas adecuadamente y tendrán la respuesta correspondiente”, avisa Putin, anticipando los últimos párrafos del programa que tratan de la modernización de las fuerzas armadas y de la mejora de su capacidad de combate.

Los expertos han discrepado en sus valoraciones sobre el programa de Putin. Según el doctor en ciencias políticas Serguéi Cherniajovski, uno de los apartados más importantes del documento es el referido a las obligaciones sociales del estado ante los ciudadanos, que tienen una consideración más alta que las tareas relacionadas con el desarrollo de la economía en sí. “La transformación de la base tecnológica de la sociedad es un punto clave, así como la idea de que el poder tiene que obedecer al control del pueblo, y que es al pueblo al que corresponde decidir cómo tiene que ser el país”, señala Cherniajovski.

Por su parte, el director del departamento de política del periódico Kommersant, Gleb Cherkásov, no ve nada nuevo en el programa de Putin. “Es un programa clásico, que aboga por todo lo bueno y contra todo lo malo. Se puede apreciar que ha sido escrito de tal manera que después se puedan coger los bloques y llenarlos con algo más concreto. Digamos que es como una especie de almacén de misiles sin cabezas de combate”, explica Cherkásov.

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