Ucrania reaccionó así al paso de gigante que dio ayer Rusia en la realización de su proyecto South Stream al conseguir el permiso de Turquía para la construcción del tramo submarino del trazado por el fondo del mar Negro.
De hecho, uno de los objetivos de South Stream es evitar Ucrania como territorio de tránsito para curarse en salud en caso de que estalle una nueva guerra del gas entre Moscú y Kiev como en 2006 y 2009, con el consiguiente corte de los suministros a Europa.
En la actualidad, el 80 % del gas que compra la Unión Europea (UE) a Rusia (el 25 % de todo lo que consume) llega a los Veintisiete a través de territorio ucraniano (el 20 % restante lo hace vía Bielorrusia).EFE
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