Foto de RIA Novosti
Desde 2005 hay un importante desarrollo del sector ganadero y la avicultura en Rusia. A medida que los mercados básicos de la carne, los más desarrollos, se van acercando al punto de saturación, los inversores empiezan a prestar atención a nichos de negocio como la producción de carne bovina o carne para bacón. Este tipo de proyectos no impresionan demasiado, las declaraciones se suceden y los planes surgen por doquier pero los proyectos con éxito son tremendamente escasos. Sin embargo, hay una excepción que confirma la regla: la carne de pavo. Entre 2006 y 2010 la producción en Rusia se multiplicó por cuatro, llegando a superar las importaciones. Este año, las autoridades agroalimentarias rusas y extranjeras esperan un crecimiento aún más significativo; según ellas, el sector seguirá creciendo también a medio plazo. Este negocio, relativamente pequeño en cuanto a su nivel cualitativo, podría incluso superar al de la producción de carne de pollo, hasta ahora el subsector más exitoso de la avicultura rusa.
El éxito de este subsector específico es aún más llamativo al haberse producido casi desde cero. La cría de pavos se concentra en muy pocos países del mundo. En la época de la URSS no apenas había consumo de carne de pavo, y estas aves se podían ver fundamentalmente en granjas privadas y se criaban sólo para consumo propio.
Hemos hablado de las causas de este éxito con Vadim Vanéiev, director del grupo de empresas Eurodon en la región de Rostov. Este grupo desarrolló un proyecto de 250 millones de dólares, el mayor de Rusia en la cría de pavos, lo que le permitió convertirse en el líder incuestionable del sector.
El pavo se ha convertido en su primer negocio importante. ¿De dónde ha sacado el dinero? ¿El porcentaje de endeudamiento ha sido muy alto?
Ha sido casi del 100%. Conseguimos el dinero a través de un banco que financió el proyecto. La construcción empezó en 2006, y la primera fase, con una capacidad productiva de 12 mil toneladas de carne, nos supuso 41 millones de euros en inversiones. Fue la etapa que implicó la mayor inversión: hubo que formalizar el alquiler de terrenos y crear la infraestructura. La segunda fase resultó mucho más barata. Ahora la capacidad de producción prevista para este complejo es de 30.200 toneladas de carne, y para la próxima primavera aumentará en unas 4.000 mil toneladas para llevar el proyecto, por fin, al nivel previsto.
Lo hemos construido todo desde cero, el pavo es un ave muy delicada y se ve afectada por cualquier infección. Naturalmente, todo está situado en lugares diferentes. Sin embargo, los procedimientos tecnológicos se respetan en su totalidad, en caso de que así lo quisiéramos, podríamos obtener el certificado de la Unión Europea para la exportación en cualquier momento. Tecnológicamente sólo queda por resolver el problema del estiércol. Ahora los granjeros se lo llevan tal cual, ya que “históricamente” lo ven como un residuo y se lo quedan aunque contenga mucho fósforo, lo que garantiza aproximadamente una cuarta parte del aumento de la cosecha. Estamos seleccionando una tecnología para tratar este “subproducto” de forma que podamos ganar dinero con él.
¿Dónde habéis encontrado a los trabajadores?¿Quién eligió las solucionestecnológicas para nuestro clima?
Alrededor del 80% son locales. A los directivos de nivel medio y alto los estuvimos buscando por toda la ex URSS. Por ejemplo, al principal experto en cría de pavos lo encontramos en Uzbekistán. El primer equipo se recicló en el extranjero para poder seguir formando a los jóvenes en el futuro. El intercambio de experiencias es algo que llevamos a cabo constantemente: nuestros veterinarios viajan a Europa, los directivos están constantemente visitando plantas extranjeras, y la gente de fuera viene a vernos casi mensualmente.
Las instalaciones y las soluciones de ingeniería fueron diseñadas por los israelíes, pero sólo en la primera fase. A finales de 2006, cuando realizamos la primera parte del proyecto, con una capacidad de producción de 12 mil toneladas de carne, los precios del cemento subieron drásticamente en Rusia, empezaron los problemas de financiación y nos quedamos sin nuestros socios. Terminamos los edificios que quedaban por nuestra cuenta y con nuestro know-how, incluidos los trabajos de ingeniería. Desde 2008, hemos construido todos nuestros proyectos en solitario.
Si hubiéramos encargado la construcción a alguna empresa externa, nos habrían salido entre un 30% y un 50% más caros. Y lo más importante, no estaría seguro de que mis edificios no se fueran a caer después de 10 años. En cuanto a las soluciones técnicas, hemos utilizado tanto lo que teníamos aquí, como la información que recogimos tras viajar y comprobar cómo tenían organizado este negocio otras empresas. Además, también hemos aportado nuestras propias ideas. Alrededor del 30% de la segunda fase del proyecto es fruto de nuestros inventos personales, por ejemplo, en el ámbito de la termoprotección.
¿Hacéis hincapiéen la producción de carne o en la elaboración de la misma?En general, ¿se diferencia la estructura de ventas del modelo occidental?
Alrededor del 90 % de la carne la suministramos descuartizada. Un pequeño volumen se vende en forma de aves enteras (principalmente las hembras) y mortadela, de la que fabricamos alrededor de 25 tipos distintos. En eso nuestro mercado se diferencia mucho del norteamericano, por ejemplo. Allí alrededor del 50% de la carne de pavo se compra el Día de Acción de Gracias, y entonces consumen el ave entera. Por eso, son más populares los pavos de peso pequeño y mediano, mientras que aquí se prefiere el grande. Aunque en Rusia también se compran algunas aves enteras para Pascua o Nochevieja, ya que parece que se está desarrollando una tradición en ese sentido. En un futuro, tenemos previsto aumentar el porcentaje de productos elaborados, incluyendo los platos precocinados.
Aplicamos nuestra propia receta de pienso. Aunque los extranjeros siempre nos proponen todo tipo de aditivos, complementos biológicamente activos, etc., nosotros no les damos nada raro a nuestras aves, apreciamos demasiado nuestra buena reputación. Una vez vivimos una situación muy cómica. Un día nos vino a visitar el director general de una empresa inglesa que había creado una de las razas que utilizamos. Probó nuestra carne durante la degustación, repitió y volvió a repetir. Después nos preguntó: “¿Puedo llevarme todo esto?” Recogió todo lo que había encima de los platos y unos cinco kilos en el matadero. Dijo que en casa nunca había probado nada parecido.
Hemos llevado a cabo degustaciones a ciegas con carne de la competencia, lo que nos permitió hacernos una idea de cuál era nuestro producto.
¿Cuál es más o menos la estructura de vuestros gastos?
Los piensos constituyen el 68% de todos los gastos. Llevan soja triturada y grano forrajero (alrededor del 30% del volumen total), así como maíz, cebada, premixes, y complementos vitamínicos. En total utilizamos trece ingredientes.
Vuestras ambiciones pueden sorprender incluso a alguien con experiencia. ¿Tiene algún sueño, señor Vanéiev?
Ser el número uno en la producción de carne de pavo. Por ejemplo, la revista Expert escribió hace poco que nos hacían falta empresas globales. En cuanto a la carne bovina, con los gastos que tenemos en el país nunca vamos a poder alcanzar a los extranjeros. China es el líder indiscutible en cría de cerdos, y los grandes complejos avícolas ya existen en Estados Unidos. Considero que el pavo es precisamente el sector en el cual podríamos llegar a ser líderes globales.
El texto se publica en su versión abreviada. El original se publicó en ruso en la revista Expert.
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