La percepción requiere participación

Foto del Servicio de Prensa

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En el Centro Estatal de Arte Contemporáneo de Moscú se inauguró el pasado 2 de diciembre la exposición de Antoni Muntadas, artista catalán internacionalmente reconocido como uno de los pioneros del arte conceptual y de los medios. El autor obtuvo en 2009 el Premio Velázquez de las Artes Plásticas. La muestra recorre su dilatada carrera, desde los años setenta hasta la actualidad, y presenta también un proyecto preparado por el artista especialmente para la muestra de la capital rusa, titulado “On translation: Stand by: Moscow”

Una lección de psicología del color: el emblema de la exposición está hecho en  rojo, rojo sangre, color que “fue al principio”, color que incluye un abanico de sensaciones, del amor al odio, y cuenta con un marcado simbolismo de fuego. Esta última característica se describe perfectamente, aunque casi subconscientemente en esta muestra de Muntadas. Su emblema y el título nos empuja a pensar, en modo imperativo, sobre situaciones de excepción, de estado de emergencia, de los incendios que asolan al mundo. Mientras tanto, a primera vista, en la sala de la exposición no se nos ocurre prácticamente nada. En las paredes cuelgan fotografías  neutrales: unas colas gigantescas en las que ni siquiera vemos las caras de los individuos, vídeos de gente aplaudiendo, sonriendo de la manera más mundana, un equipo de deportistas festejando alguna victoria. Los “ready-mades” quedan “callados” al principio para nuestra percepción. Pero atención: la percepción requiere participación. Lo esencial aparece una vez que desaparezca lo superfluo y ajeno.

Antoni Muntadas nos asegura que la época en la que el pintor se podía encerrar en su estudio artístico ya ha pasado. Actualmente lo esencial consiste en salir ante la gente y enseñarle a hablar su idioma, el del arte contemporáneo. A Muntadas le interesan los fenómenos sociales y el papel nuestro “yo” en ellos. Ha centrado su mirada en ese “yo” dentro del mundo, convirtiendo su obra en una crítica sobre el papel del ser humano en la sociedad y la cultura. El artista mira los fenómenos sociales a través de los productos de los mass-media, utilizando en sus proyectos  transmisiones de las competiciones deportivas, telediarios, etc.

De este modo nació un proyecto motivado por una percepción afilada del contexto para el cual fue concebido: una exposición de Muntadas en la capital de Colombia, Bogotá. Mediante un tríptico de proyecciones de vídeo se refiere más ampliamente a diversas situaciones de violencia en todo el mundo. “Con el leit motiv del aplauso como acto gregario, en la pantalla central se sucede en intervalos regulares una exhibición de atrocidades en forma de injertos en blanco y negro. La morbosa traducción que se produce diariamente de la realidad obscena a su domicialiación mediática”, escribe sobre la obra titulada “On translation: El aplauso” Eugeni Bonet, crítico, investigador y autor de diferentes obras audiovisuales.

“Creo que el arte es una parte de nuestro quehacer cotidiano”, dice Muntadas. “El artista puede y debe utilizar cualquier medio: fotografías, recortes de los periódicos, objetos del interior. La tarea para los espectadores consiste en traducir lo que el autor codificó”, resumió él. Según el artista, la televisión nos deja cada día  información que tenemos que decodificar constantemente, limpiarla de lo ajeno, lo aportado por los medios, y comprender. La esfera de la actividad de Muntadas es el arte contemporáneo que ya ha dejado de ser sólo arte y se ha vuelto filosofía, antropología, sociología y vida propiamente dicha. Así pues, su retrospectiva nos presenta unos objetos artísticos producidos en la frontera de todas estas categorías.

En esta retrospectiva no falta una de sus obras más conocidas: “The file room”, del año 1994. Se trata de un archivo online que recoge actos de censura que han tenido lugar en el mundo de las artes. La parte rusa incluye 44 obras, desde la Biblia hasta la novela “La grasa azul” de Vladímir Sorokin.

Los problemas con los que trabaja Antoni Muntadas incluyen la reconsideración crítica de las ideologías, la memoria histórica de las estructuras del poder político, de la industria de la cultura, de la conjunción de los espacios privados y públicos. Lo que se cierne por encima de todo ello es la pérdida de contacto con la realidad. La sociedad de información se niega a buscar nuestra autenticidad. Aquí aparece el aumento de la influencia de los mass-media, que no nos llevan a que la sociedad se haga más transparente e informada, sino todo lo contrario, aparece como una sociedad enmascarada.

El artista-filósofo investiga los “rituales urbanos”, tal y como él los llama, de los que la cola es un ejemplo. El pasado verano realizó fotos de diferentes colas en Moscú, que se presentan en esta muestra. El artista no trabaja para agradar o despertar el interés del espectador, ya que considera que los efectos especiales estropean la documentación y dificultan el análisis. Las fotografías presentan las colas del avión, o de un club nocturno, del planetario en domingo, de una escalera eléctrica en el metro, del Mausoleo de Lenin... El impacto emocional más grande que este proyecto provoca son las imágenes de los archivos de "RIA Novosti": Moscú a finales de los 80 con colas en un "McDonalds", para comprar tabaco o vino, para la Embajada de Estados Unidos... Estas fotos antiguas se reprodujeron varias veces en las revistas y han sido exhibidas en exposiciones, sin embargo no dejan de sorprender  incluso a los que estaban en ese momento estaban en ellas. La realidad del momento nos parece increíble y los cuadros de la época soviética tardía obtienen una victoria absoluta sobre las demás obras de este distinguido artista español; estas imágenes no requieren la participación, la provocan.

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